Cuando uno habla de Rius, rápidamente salen a relucir sus análisis de temas políticos, religiosos, económicos y filosóficos; mismos que lo volvieron un gran referente en generaciones de lectores en México y varias partes del mundo. Sin embargo, el caricaturista fue más allá de estos tópicos, con obras de no menor envergadura acerca de la nutrición y los fenómenos culturales, siempre manteniendo su gran ojo crítico.

De ahí, siendo conocidas sus ideas acerca de la manipulación, el consumismo, el capitalismo y la depredación en cualquiera de sus formas; es conveniente preguntar acerca de la interpretación del fallecido autor acerca de lo que conocemos actualmente como cultura geek; la cual (queramos aceptarlo o no), se nutre de los conceptos señalados al inicio de este párrafo.

Más que una condenación o señalamientos inquisidores, Rius se mostró abierto al estudio de las formas de expresión que convergen para formar al "mundo geek", principalmente en lo que se refiere a la animación; nada extraño si tomamos en cuenta su vena de ilustrador.

Varias veces llegó a mencionar que él era un gran amante de la obra de la primera etapa de Walt Disney, considerándolo incluso el padre del dibujo animado como tal. Esto podrá sorprender a más de uno, siendo que Disney es considerada como una de las compañías más infames, por varios críticos del capital.

Sin embargo su argumentación acerca del creador no acaba en un elogio. Sí, era gran seguidor del creador de Mickey; pero se decepcionó de él cuando dejó de lado la parte creativa, con el fin de darle vida al imperio mediático que todos conocemos actualmente. No sólo eso, antes de que fuera una "moda", se encargo de señalar la manera en que estaban ordenadas las historias que se contaban en sus películas, y cómo estas hacían uso indiscriminado de estereotipos raciales y clasistas.

No reparó en demostrar que en toda la producción de Disney, se basa en un mismo monomito "cursi", donde el bien siempre triunfa, los villanos son feos y lo más alejado al estatus estadounidense. Todo esto lo plasmó en el libro "Juicio a Walt Disney".

Ahora bien; como muchos otros, se declaró fan abierto de Los Simpson, debido a que le parecía un fiel reflejo de lo que es la sociedad de aquél país. En su interpretación, era lo mejor que le había pasado al dibujo animado desde su invención.

En el caso de Japón, otro país que le parecía fascinante, tanto así que le dedico dos obras (Proyecto Japón y Pobrecito Japón). Siendo Hayao Miyazaki su autor favorito; destacando la temática de sus obras, el manejo técnico y sobretodo la forma en que Ghibli manejaba todo alrededor de sus producciones.

Rius en realidad jamás se puso en contra de que la gente viera animación o leyera cómics (muestra de ello es que sus textos forman parte del denominado arte secuencial); implícitamente pedía, como en muchos otros temas, es que se analizara todo lo que se consumía, que uno estuviera consciente de lo que subyace en el fondo de todos estos productos que se nos ofrecen como mero entretenimiento. 

Como muchas otras cosas, la cultura geek y todo lo que le rodea son parte del entramado que conforma al ser humano y su entorno, el ser un ente pasivo ante todo esto, dejando su análisis de lado sólo porque son "muñequitos"; era lo que condenaba el caricaturista, no el hecho de que estás formas existieran o la gente se acercara a ellas.