Todo en este universo tiene un proceso de envejecimiento, algunas cosas lo sufren de manera más lenta que otras; pero al final todo siguen este camino de la naturaleza; tal es el caso de los diversos astros que habitan el espacio exterior, los cuales llegan a extinguirse después de millones de años. Todo indica que la Luna ha comenzado este camino.

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De acuerdo con la NASA, nuestro satélite natural ha comenzado a mostrar signos de envejecimiento, mismos que se traducen en arrugas y rupturas en su superficie; además de una reducción en su tamaño. Esto debido a que su núcleo ha comenzado a enfriarse, lo que provoca la reducción de su tamaño y una gran cantidad de sismos como consecuencia; la falta de placas tectónicas y una constitución rígida, hacen que los movimientos telúricos se vean reflejados en diversos territorios.

Aún más, la Tierra también influye en este proceso. Mientras más lejos esté el satélite del planeta, la tensión aumenta, esto debido al influjo gravitatorio que existe entre los dos astros. 

La Luna ha reducido su tamaño en 50 metros

Desde 1968, cuando se dio la primera misión tripulada a la Luna con éxito, la NASA colocó una serie de aparatos para monitorear los fenómenos naturales que acontecían en el territorio lunar; en total se registraron 28 sismos con intensidades entre 2 y 5 puntos hasta 1977; 8 de estos dentro de un rango de 30 kilómetros que dieron como resultado una de las fallas más grandes del cuerpo celeste.

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Asimismo, se pudo dar cuenta de una reducción en la masa lunar, que para este momento es 50 metros más delgada que a mediados del siglo XX. Hay que mencionar que esta degradación es de especial interés para la comunidad científica, pues el satélite es uno de los pocos elementos de nuestro Sistema Solar que demuestra signos de la edad a manera de arrugas y encogimiento; el otro es ni más ni menos que Mercurio, del cual se cree, ha sufrido más daños con el paso del tiempo por su cercanía al Sol.

Con información de NASA.