Protagonista de un libro, de campañas de publicidad e incluso una colección de accesorios felinos, Choupette es casi tan conocida como el fenecido Karl Lagerfeld, su compañero desde 2011.

La gata birmana fue para el diseñador el centro de su mundo desde que se conocieron de forma accidental, cuando un amigo le pidió ocuparse de ella por dos semanas, reveló Lagerfel a Vanity Fair. Las palabras de reconocimiento y afecto sin límites para ella estuvieron presentes hasta en televisión, cuando en Le Divan confesó que su compañía le hacía reírse de él mismo.

A decir del propio modisto, la felina cuenta con una fortuna producto de diversos contratos publicitarios que asciende a los tres millones de euros. "Choupette es una chica rica, tiene su propia fortuna. Si me pasa algo, la persona que se ocupe de ella no estará en la miseria", aseguró. Además de su fortuna, cuenta con dos damas de compañía, un guardaespaldas y tiene el hábito de comer en vajilla de plata.

Hablando de comida, Choupette nunca apareció en campañas publicitarias de comida, pues Lagerfeld la consideraba demasiado sofisticada para ello. “Tiene algo único, es como un ser humano, pero con una cualidad: el silencio”, decía en vida Karl Lagerfeld.