Las obras de Leonardo da Vinci son objeto de análisis y estudio hasta la actualidad por la complejidad de los elementos que incluyen, “La última cena” no es la excepción, en específico a partir de la pregunta de un tuitero sobre la distribución de los apóstoles en la mesa que acompañan a Jesús de Nazaret.

El fresco recrea un relato descrito en el Evangelio de Juan, cuando Cristo anuncia la traición de uno de sus discípulos: Judas Iscariote, quien lo ha vendido a los romanos por 30 monedas de plata, acelerando la crucifixión de la figura mesiánica en las religiones judeocristianas.

Puedes leer: Desaparece obra de Da Vinci valuada en 8 mmdp

En la pintura mural que da Vinci hizo por encargo de Ludovico Sforza entre 1495 a 1498, los apósteles se sientan todos del mismo lado de la mesa de frente al espectador, porque de acuerdo con el arquitecto Miguel del Pozo, su objetivo no es cenar, sino posar para quien mira la obra pictórica.

A través de un hilo en Twitter, el también experto en arte explica que la tradición pictórica estableció un canon donde los apóstoles se sentaban del mismo lado que Jesús para ser vistos de frente a excepción de Judas, para que pudiera ser identificado con facilidad, además de representarlo sin aureola.

Recomendamos: Huella dactilar de Leonardo da Vinci en dibujo de 1509

En la pintura de Leonardo, el momento que representa es cuando Cristo afirma que uno de los apóstoles va a traicionarlo y las reacciones de los discípulos frente a su afirmación, Pedro se acerca a Juan para pedirle que pregunte a Jesús quién irá a traicionarlo, mientras Judas aprehende con su mano derecha la bolsa con las monedas, son precisamente los gestos los que dicen todo sobre la identidad del traidor.

El objetivo de Da Vinci es acentuar el dramatismo de la escena, para lo cual reduce el tamaño real de la mesa dado que la perspectiva del Renacimiento buscaba focalizar la acción entorno a la figura central, en este caso la de Jesús.