Esta vez la rebelión hará cualquier cosa por obtener algo de información para detener la más grande amenaza que jamás ha enfrentado: la estrella de la muerte. Esta historia nos muestra una nueva cara del movimiento rebelde, donde sus acciones constantemente están traspasando la línea hacia el lado negativo.
Esta historia llega para revelar en parte los veinte años que transcurrieron entre episodio III (Revenge of the sith) y IV (A new hope) que a su vez, toma su premisa del intro escrito al inicio del episodio cuatro.
Comencemos con que Rogue One es un excelente filme que le dará satisfacción a los fans de la franquicia y dará entretención a los espectadores casuales.
Jyn Erso es llevada a la batalla por su historial familiar y a su vez comenzará una pequeña fuerza especial de inadaptados con los ideales más profundos que la misma rebelión, esto, para frenar la amenaza que es el imperio.
Una historia de esperanza e ideales, familia y muerte, son las constantes en este universo, pero la profundidad con la que se maneja es un cambio de tono, el director Gareth Edwards, mejor conocido por su trabajo en Godzilla (2014), nos entrega una cinta madura de una magnitud jamás manejada, donde la lucha mano a mano es tan importante como la que se libra en el espacio, donde el sacrificio es protagonista.
Gareth presenta un primer acto un tanto difícil de leer, donde la presentación de cada personaje es armada pero no explorada. La película tarda -por lo menos en su primera hora- en ponernos al tanto de la situación; sin embargo, la entrada a la recta final es espectacular. El director sabe explotar sus recursos al máximo.
Felicity Jones da vida a Jyn Erso que junto a Cassian Andor, encarnado por Diego Luna, hacen una excelente pareja en pantalla. Las intervenciones cómicas del robot reprogramado del imperio K-2SO (Alan Tudyk) sin duda pasará a ser una figura de acción peleada por todos los fans en esta época navideña.
El diseño de producción es impecable, nos muestra un universo corroído, cosa que las precuelas intentaron pero sin mucho éxito. Doug Chiang toma las riendas de este departamento y hace un trabajo increíble. George Lucas creó una ley para su precuelas y que es aplicada sabiamente aquí: “para mirar hacia delante, tienes que ver hacia atrás”.
Doug crea un campo de batalla en el tercer acto muy influenciado en estética a la guerra de Vietnam, donde los uniformes rebeldes tienen una toque muy similar al uniforme americano de la época. En cuanto a los diseños de naves, nuevamente predomina la geometría básica. Nos presenta un campo de fuerza muy similar a sus diseños rechazados en episodio 1. Probablemente el siguiente año veamos a Doug llevarse la estatuilla Oscar por sus logros en la cinta.
Cuando George Lucas creó este universo nunca tuve en mente que se extendería a esta magnitud. Podemos decir que esta es una película digna del legado y que da esperanza a que siga por muchos años mas. No dejes pasar la oportunidad de ver en la pantalla grande esta historia. Te prometemos que disfrutaras algo que pocas veces se presenta en cines: entretenimiento de calidad.