El pasado 23 de mayo, José Matías De la Fuente Guevara, un joven trans de 16 años que estudiaba en el Liceo Sagrado Corazón, se suicidó lanzándose de el onceavo piso del edificio donde vivía en la Ciudad de Copiapó, en Chile. 

Según informó el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), la principal razón que habría llevado a Matías a toar esta decisión fue el acoso escolar transfóbico que sufrió durante años en el colegio donde estudiaba, pues ha trascendido que era continuamente agredido tanto por estudiante como por funcionarios y docentes. 

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Luego de unos días de lo ocurrido, Marcela Guevara, la madre de Matías ha decidido hablar sobre el caso y proporcionar una fotografía de su hijo para que la gente conozca su caso y los abusos se detengan. En este sentido, también fue revelado un fragmento de la carta póstuma que Matías habría escrito revelando que la situación en el entorno educativo lo llevó al suicidio. 

Durante una entrevista con el Diario de Atacama, Marcela dijo que no quiere saber nada más del liceo, las alumnas ni el personal que trabaja ahí y recordó que tras el suicidio de su hijo, padres y madres de familia con quienes mantenía comunicación a través de WhatsApp para hablar sobre asuntos escolares, abandonaron el grupo en común. 

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Marcela declaró que desde el inicio de la transición de su hijo siempre lo había apoyado, sobre todo desde 2017, cuando tenía 13 años y su imagen fue “mucho más definida”, sin embargo se lamentó de no haber comprendido lo que Matías buscaba con una de las últimas conversaciones que tuvieron. 

En la misma entrevista, la madre declaró que se encuentra investigando sobre los supuestos malos tratos y humillaciones que su hijo habría sufrido por parte de una profesora y una inspectora. 

Claman justicia 

Tras darse a conocer el caso, las muestras de apoyo a la familia y las expresiones de indignación y rabia no se han hecho esperar, pero estas últimas se acentuaron luego de que la Ministra de Educación, Marcela Cubillos declarara sobre el caso refiriéndose a la víctima en femenino aún cuando desde hace tiempo su nombre social correspondía al género con el que se sentía identificado.