Muchos jugadores se retiran de las canchas, pero se niegan a dejar a un lado el futbol, este brasileño campeón en Brasil e Italia lo hizo. Decidió vivir una vida tranquila y alejado de los reflectores, hoy se pasea tranquilo por las favelas.

Algunos brasileños lo reconocen, lo arropan y le sonríen al campeón en Brasil e Italia en su paso desenfadado por las favelas. Él responde con la misma sonrisa que muchas veces lo vimos dibujar en su rostro durante su etapa como jugador.

El futbolista en cuestión es ‘El Emperador’, Adriano, mundialista con Brasil, multicampeón en la Liga de Italia y que hoy goza de una vida tranquila, junto a su familia.

El video que muestra la humildad de Adriano, campeón en Brasil e Italia

Recorriendo los puestos y entre bromas con su acompañante, se le vio a Adriano en las favelas, en medio de algunas personas que parecían no percatarse de que estaban ante un mundialista con Brasil y campeón en el futbol de Italia.

Para un aficionado brasileño no pasó desapercibido, lo vio y comenzó a grabar, al acercarse, le gritó “Emperador” y Adriano volteó con su inigualable sonrisa.

Adriano agradeció al aficionado, estrechó sus manos y nunca dejó de sonreír, en una muestra más de su humildad.

¿Quién fue Adriano, campeón en Brasil e Italia?

Adriano fue llamado a ser el nuevo Ronaldo, su irrupción a temprana edad en el futbol europeo, elevó las expectativas en torno a su carrera y aunque no alcanzó los escándalos números del exfutbolista del Real Madrid, sí que hizo historia en el futbol de Italia.

Adriano fue multicampeón con el Inter de Milán. Conquistó en un par de ocasiones la Serie A, además de dos Copas y Supercopas de Italia.

Su legado se extendió al futbol de Brasil, donde conquistó el campeonato brasileño en dos ocasiones, con Corinthians y Flamengo; con este último también ganó la Copa de Campeones.

En su trayectoria a nivel de clubes marcó 138 goles, mientras que con la Selección de Brasil fue mundialista en la Copa del Mundo Alemania 2006 y conquistó la Copa América (2004)  y la Copa Confederaciones (2005).

El futbolista brasileño tuvo que lidiar con problemas de depresión tras la muerte de su padre, Almir, el 4 de agosto de 2004.

“Después de ese día, mi amor por el futbol nunca volvió a ser el mismo. Me deprimí mucho, hombre. Empecé a beber mucho. Realmente no quería entrenar. Sólo quería ir a casa”, reveló en una carta escrita para The Players Tribune.

“A pesar de que marqué muchos goles en la Serie A durante esos pocos años, y aunque la afición realmente me amaba, mi alegría se había ido”, puntualizó.