México.-  La cuarta edición de la Copa Confederaciones ocurrió en 1999 y su sede fue México, misma en la que el Tricolor salió campeón al despachar a Brasil con un joven Ronaldinho encabezando dicho combinado.

El camino de los nuestros hacia el titulo comenzó con un inobjetable 5-1 ante Arabia Saudita en partido jugado en el Estadio Azteca, que junto con el Jalisco, fueron los dos inmuebles encargados de albergar la justa. Posteriormente existió un empate a dos tantos frente a Egipto y la fase de grupos cerró con un apretado 1-0 ante los bolivianos. En tanto, los brasileños dieron cátedra en Guadalajara al vencer 4-0 a Alemania, un gol a cero a Estados Unidos y dos por cero a Nueva Zelanda.

Ya en semifinales, los mexicanos despacharon por la mínima a la selección de Las Barras y Las Estrellas, mientras que Brasil humilló 8 a 2 a los árabes. De tal suerte que todo se definiría entre aztecas y amazónicos en la capital del país.

La Gran Final en el Coloso de Santa Úrsula fue una auténtica fiesta de goles, pues Miguel Zepeda abrió el marcador a los 13 minutos, luego José Manuel Abundis clavó el segundo de la noche al 28’; sin embargo, Serginho descontó por la vía del penal y Roni puso los cartones parejos.

El escenario, pese a que parecía adverso para el Tricolor, fue el perfecto para que apareciera el majestuoso Cuauhtémoc Blanco, que junto al inmortal Jorge Campos eran las figuras de los de verde. El 10 de las Águilas comenzó a ser el protagonista en el terreno de juego, lo que permitió que Zepeda consiguiera doblete a los 51’ de acción, pero como era de esperarse los brasileños vendieron cara la derrota con el gol de Ze Roberto logrado a los 63 minutos.

De ahí en más el show y la noche fueron de Blanco, quien con una magistral jugada recortó a los defensas visitantes y puso cifras definitivas, un categórico 4-3 que daba cuenta del único titulo avalado por FIFA conseguido en la historia del balompié mexicano.

De aquella selección solamente sobrevive en activo Rafael Márquez, quien encabeza la delegación mexicana que hoy permanece en Rusia a la espera de lograr un papel similar al obtenido en las tierras aztecas en aquel lejano, pero maravilloso año de 1999.