Club Tigres está harto de los berrinches de Carlos Salcedo, defensa que hace unos días dejó entrever su adiós del equipo norteño; su destino sería la MLS.

Carlos Salcedo, la semana anterior, a unas horas del juego ante Club Puebla, subió mensajes a redes sociales dando a entender que se despedía de la institución, y todo se enfiló a que sería nuevo refuerzo del Toronto FC de la MLS.

Pero han pasado los días y nada, ningún anuncio de que se va, el llamado Titán sigue entrenando con los Tigres, el técnico lo sigue tomando en cuenta en tanto no le llega una oferta que le interese.

Se habla que desde Toronto FC sí llegó el documento pidiendo los servicios del mundialista mexicano, pero el dinero que se ofrecía no llenaba las expectativas, era una ridiculez, y hay una orden tajante en el club: Nadie se va gratis.

Y es que ya le pasó al Club Tigres que elementos como Jurgen Damm y Eduardo Vargas, se fueron gratis, por ende, están en la idea de no hacerle favores a los jugadores. O pagan o se quedan.

Carlos Salcedo no define su futuro.

Los berrinches de Carlos Salcedo

Para acabarla, aunque Miguel Herrera le aguante sus caprichos a Carlos Salcedo, en la directiva delClub Tigres liderada por Mauricio Culebro, no es así.

No cayó nada bien que Carlos Salcedo haya puesto en redes sociales: “La última danza”, dando a entender que el pasado partido contra Puebla, sería su último con los regios. Hasta cuando acabó el juego, se acercó a la tribuna a despedirse de la afición.

Y llegó el lunes, y ninguna oferta que convenza, y llegó el martes y nada.

Hartos de los berrinches del “Titán”, que se promociona por medio de redes sociales, y ha despertado rumores, junto con su representante Gonzalo Vargas, quien se ha encargado de promocionarlo por la prensa amiga, que nunca falta.

Según Carlos Salcedo, tiene ofertas de Europa, de Alemania, de Italia; de Turquía, de Sudamérica y también de los Estados Unidos.

Pero ninguna que pague lo que pide Club Tigres por sus servicios.

A Carlos Salcedo le queda un año de contrato con los felinos, y la orden es clara: si no pagan, se queda, aunque haga berrinches.