De un dios el rigor tremendo<br>cambió en piedra a una mujer;<br>pero del arte el poder,<br>carne la piedra volviendo,<br>la restituye a su ser.<br>

Clemente Althaus

No es ella, es él

No voy a cuestionar a Rosario Piedra, quien pudiera hacer un buen papel al frente de la CNDH, ya se verá. Si tiene la mitad de la independencia que ha demostrado su madre, Rosario Ibarra, podrá ser —y ojalá lo sea— la piedra en el zapato o la cuña de la misma madera que el presidente López Obrador necesita para moderarse. Aquí de lo que se trata es de denunciar las malas mañas de él, sí, del hombre que controla el Senado, Ricardo Monreal. No se vale. Y conste, no doy por necesariamente bueno el video en el que deposita dos papeletas, pudiera estar editado por los panistas, pero tampoco lo sé. Lo terrible es la forma es que se desarrolló la votación en la cámara alta. El procedimiento, francamente sucio, hace que la línea tirada por AMLO a los senadores quede en segundo término. Malos tiempos legislativos vive México, es la verdad.

Enseñar el cobre

No, ni toda la “honradez” de López Obrador sirvió para que los senadores dejaran de enseñar el cobre e hicieran chanchullo.

Y no solo los senadores de Morena, también los de “oposición”, quienes súbitamente tuvieron que ausentarse de la cámara alta. 12 senadores cuyos nombres exigimos conocer. Una docena de cobardes que, aparte de todo, les pagamos con nuestros impuestos y no realizan el mínimo de sus obligaciones, como es el ir a votar.

No saben contar

Por si fuera poco, en esa cámara legislativa tampoco saben contar. Seguro tienen otros datos, pues aunque votaron 116 senadores, solo aparecieron —o escrutaron— 114 boletas. Eso sin olvidar detalles como el del video de Ricardo Monreal que lo pone en evidencia depositando dos papeletas en la urna. El senador dijo que la grabación está editada...

¿Nos ganó?

Fue tan desaseado el proceso de votación, que Ricardo Monreal tuvo que salir ya entrada la noche a declarar que esta se mantenía y que, con ello, quedaba labrado en piedra que Rosario Piedra sería la nueva Ombudsperson. Y en su infinita soberbia espetó: “les gané” (algo parecido a la terrible “Roque señal” priista que nos propinó aquel legislador hace ya algunos ayeres).

Pero Ricardo Monreal no ganó. Su confesión hace ver el poco respeto que tiene por los procedimientos democráticos y el desprecio por el voto libre y secreto de los senadores. Sí, Monreal logró que la “candidata del presidente” encabece a la CNDH. Sin embargo, no ganó López Obrador puesto que dio una muestra más de que él se comporta igual a nuestros ex mandatarios. Los mismos que AMLO critica por haber puesto a sus amigos y conocidos en ciertos puestos de poder.

El cinismo y la falsedad son las que han ganado. Monreal enseñó una falta de escrúpulos absoluta; no demostró, en cambio, su valía como servidor público. Esa faz quedó enterrada.

Rosario Piedra

Cierto, nunca ocultó su pasado partidista, ni su cercanía con López Obrador. Pero ello ahora solo le dificultará desempeñarse como la presidenta de un instituto autónomo en el que se acepten las peticiones y demandas en contra de actos de autoridad, y se les de curso y trámite legal.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos deberá mantener su autonomía acatando su ordenamiento constitucional y no sentirse ni actuar conforme a los designios de los poderes del Estado, así provengan de su amigo el presidente.

Rosario Piedra deberá recordar también que solo puede generar recomendaciones a las autoridades presentes, no a las pasadas o por actos que ya sucedieron. Suena difícil; ya veremos si es capaz de restringirse.

Su pasado y el de su familia deberán mantenerla alerta ante los abusos de poder que puede sufrir el día de hoy cualquier ciudadano. Al mismo tiempo deberá olvidar rencores y dolores para que no se vuelquen en recomendaciones desproporcionadas a las fuerzas de seguridad del Estado.

Precario equilibrio en que no le puede fallar a las instituciones ni a la gestión que inicia el martes, como presidenta de la CNDH.

Por el momento ya hay peticiones admitidas en la Comisión en contra de actos y leyes propuestos por López Obrador. Su proceder en torno a estas será la primera muestra de si Rosario se maneja como ente autónomo o, bien, como instrumento para destruir uno de los contrapesos más importantes que aún quedan en el Estado mexicano.

¿Ser autónoma o ser filial de Morena? Es una respuesta que conoceremos muy pronto. Ojalá, en memoria de su hermano y de la labor realizada por su madre, recuerde que no es al presidente en turno a quien sirve.

Se necesita una CNDH ágil

Andrés Manuel y la 4T (como muchos antes de ellos) olvidan que los hombres mueren; son las instituciones y las ideas las que deben perdurar y mejorarse.

Imponer alguien afín a Morena en la CNDH hace suponer que la dependencia será dinamitada desde su interior, tal como ya sucede con otras instituciones.

Espero que el afán no radique en construir un gobierno de una sola voz, donde no haya un disentir. Los disensos construyen democracias, dan fortaleza a las decisiones. Hacer lo contrario lleva a toda la actividad se convierta en piedra; en algo sin movimiento y sin capacidad de defender lo que debería proteger: los derechos humanos de todos los mexicanos.

Ojalá que la CNDH sea dinámica, ágil, autónoma; que su actuar no se convierta en una piedra más en el camino de la autonomía constitucional.