Si palos dais con ese palo hermoso,<br>ya no es afrenta dar de palos, Juana;<br>la ley del duelo bárbara, inhumana,<br>ya es gloria militar, ya es acto honroso.

Lope de Vega

Por fin llegó Evo Morales a México; y creo que por momentos la travesía se nos pintó más pesada de lo que en realidad fue... López Obrador se dijo “orgulloso de encabezar un gobierno donde se garantiza el derecho de asilo”. Pero esperemos que ese orgullo no lo lleve a invitar a Evo a una de sus mañaneras, pues eso sí que sería una cachetada para los Estados Unidos en general y para el presidente Donald Trump en lo particular.

Status de la mañanera

 

Nos guste o no, la mañanera ha quedado instituida como un diálogo oficial del presidente con la prensa (bastante menos en sentido inverso, por cierto). Así, llevar al ahora ex presidente de Bolivia sería darle un micrófono oficial, con todas la implicaciones que eso tiene.

Lo dicho vía “canal” oficial, volvería al gobierno de México no solo en portavoz sino también en partidario de las acciones del régimen de Evo Morales y ciertamente no creo que eso sea adecuado...

Una cosa es ofrecer y dar asilo, así como alegar golpe de Estado, pero otra es promover un gobierno cuyas acciones electorales están siendo cuestionadas a lo largo y ancho del orbe por antidemocráticos.

La guerra fría en México

A pesar de que el secretario de Relaciones Exteriores lo desestima, nótese que cuando la guerra fría ya estaba superada, a 30 años de la caída del muro de Berlín y en el ocaso del comunismo en Europa, estamos insertando a México en una nueva “guerra fría” con nuestro vecino del Norte. Suficiente tensión genera con los Estados Unidos hospedar a Evo Morales como para considerar seriamente subirlo a la palestra de la conferencia de prensa, ¿no les parece? Pero, bueno, nuestro presidente se caracteriza por llevar a cabo lo que estaría fuera de toda consideración.

Copete Naranja vs. Cabecita de Algodón

Como en anuncio de lucha libre, tendríamos al energúmeno naranja y al de la cabellera blanca enfrentándose en un ring, donde la bolsa de las amenazas creíbles y plausibles están del lado del gringo. Desde imponer aranceles —nuevamente—a productos mexicanos, pasando por imponer más trabas a los migrantes legales e ilegales, hasta posponer (o cancelar) el T-MEC. Eso sí sería un gancho al hígado a la economía de México.

Si el frágil equilibrio bilateral se rompe, y más propiciado por una invitación a participar en el “stand-up” más escuchado del país, la respuesta de EEUU puede dejar muy pronto el terreno de la diplomacia y traducirse en represalias.

¿Jugar con fuego o plan con maña?

Los ojos del mundo están hoy sobre México. Y claro que es preferible que eso sea por haber dado asilo a Evo Morales que por la ola de violencia que se encuentra en su clímax con la liberación de Ovidio Guzmán en Culiacán y el asesinato de nueve miembros mexicano-norteamericanos de la familia LeBarón.

Evidentemente también ayuda que el otorgar asilo a Evo demande de la comunidad internacional recordar que somos un país que busca la paz entre las naciones.

Pero en el supuesto que Evo fuera a la mañanera, ¿no sería eso una afrenta a los Estados Unidos? ¿O se trataría acaso de una forma disfrazada de llevarlos a que participen más directamente en la lucha contra el narcotráfico en México?... Algo así como la táctica del NO muro de Trump, donde la Guardia Nacional sirve como muro y parapeto contra los migrantes, manteniéndoles en nuestro país.

Ojalá sea esto último y AMLO tenga pensado algún tipo de estrategia. De no ser así, tenemos un muy serio problema tocando a la puerta. EEUU no perdona ni las amenazas ni los retos, y Evo representa ambos. Su presencia en la mañanera solo lo confirmaría.