El que por su gusto es buey, hasta la coyunda lame.<br>

Refrán popular

“Los empresarios también somos mexicanos, y si el gobierno abandona a ese grandísimo universo de mexicanos, nuestra responsabilidad es ayudar a esas empresas.”<br>

Carlos Salazar Lomelín. Presidente del CCE

'Coyunda'<br>Del lat. coiungŭla.<br>1. f. Correa fuerte y ancha, o soga de cáñamo, con que se uncen los bueyes.<br>2. f. Correa para atar las abarcas.<br>3. f. Unión conyugal.<br>4. f. Sujeción o dominio.<br>5. f. Nic. látigo (‖ azote).<br>6. f. Nic. Correa de la albarda (‖ silla de montar).<br>

RAE

La maldita cultura empresarial priista

Andrés Manuel les pone la coyunda y ellos se acoplan ya sea por cultura o por contratos. Siguen siendo priistas… y les fascina eso del presidente omnipotente. ¿De qué sirve que Carlos Salazar, del CCE, exponga los problemas a los que se enfrentan las PYMES, si los grandes empresarios van y aplauden el plan de López Obrador? Muchos dicen pestes a su espalda, pero lo apoyan en persona cada vez que lo visitan. Hipócritas.

El discurso de los empresarios que lo han ido a ver a Palacio Nacional es diferente a lo sostenido por Salazar, por lo cual el presidente AMLO está convencido de que su estrategia económica es la adecuada. No importa lo que digan los representantes de los consejos. El apoyo de los empresarios lo recibe de forma directa, con lo cual hace parecer que Carlos Salazar, Gustavo de Hoyos y otros líderes de las cámaras empresariales no están representando la voz de todos los otros empresarios.

López Obrador no va a tenerlos verdaderamente en cuenta mientras exista este doble discurso. Si los grandes capitales del país no comulgan con su plan económico, se lo deberían decir de frente, en su cara, y no mandar a los representantes de las cámaras, ni a ciertos periodistas y/o medios de comunicación a protestar contra lo presentado por él. Hasta ahora, López Obrador está absolutamente convencido (porque así piensa o por conveniencia) de que el CCE, el jefe de la Oficina de la Presidencia, la Canacintra, la Coparmex y demás cámaras no representa a los empresarios. Sí, así como lo oyen.

López Obrador no entiende de medias tintas, y menos si alguien de ese grupo le dice de forma personal lo que quiere escuchar. La pregunta es por qué lo hacen así estos “grandes” hombres de negocios. ¿Para no perder ciertas prerrogativas, licitaciones, permisos o por la simple costumbre de hacerle la barba al ejecutivo federal?

Los empresarios PYMES no pueden pagar impuestos, sueldos, servicios sin estar laborando, produciendo y vendiendo. Así de simple. Ellos no piden dejar de pagar impuestos o el INFONAVIT y menos el IMSS, tan solo que su pago no tenga que ser ahora mismo y pueda trasladarse a partir de agosto.

De igual forma, los empresarios son los primeros en estar en contra de la corrupción. Para la gran mayoría, la corrupción promueve la ineficacia, eleva costos, no permite la competencia y constituye un impuesto escondido que tendrán que pagar tanto ellos como los consumidores. Pedir apoyos al gobierno federal no es sinónimo de ser corruptos; al revés, buscan la forma de mantener a sus empleados y con ello impulsar el bienestar de la población. Al menos eso es cierto para la gran mayoría del sector.

Si el doble discurso de los grandes capitales continúa, las cámaras perderán representatividad y miles de empresarios darán la espalda al gobierno federal. Ya comienza a suceder.

No solo las calificadoras, el gobierno también se adelanta

Andrés Manuel en su mañanera del lunes mencionó que había platicado con Larry Fink, uno de los financieros más importantes del mundo. Ante dicho personaje se quejó de que las calificadoras internacionales (las nacionales está de más decirlo) se habían adelantado con la disminución de calificación de la economía mexicana sin dar oportunidad de mostrar lo que su gobierno hace de forma correcta. Tachó esta práctica de irresponsable por realizarla en momentos de crisis.

Pero si se queja ¡de lo que él mismo ha realizado! Valgan tres ejemplos: el cese de Constellation Brands, los tiempos oficiales y el nuevo etiquetado.

¿Por qué cancelar Constellation Brands en este momento crítico de la economía mundial? ¿Por qué se prefiere perder la inversión ahí realizada y al menos 1000 empleos temporales, 700 ya una vez en funcionamiento la cervecera precisamente en esta coyuntura y miles de puestos de trabajo indirectos? No solo eso, con esta atropellada decisión se perdió la confianza en nuestro país de algunos posibles inversionistas.

¿A quien se quiere engañar con “devolverles” a los medios los tiempos oficiales? En este momento, los medios no podrán vender a nadie lo que recibían de los tiempos oficiales, pues todos sabemos cómo está la situación de la economía. De igual forma, este acto se traduce en terminar con la información oficial y coronarlo a él (al presidente, sí) como el único comunicador del gobierno. Esto es, enaltecer la figura presidencial y hacer que sus dichos sean los únicos que se puedan escuchar. Así, ni se puede hacer nada con los tiempos devueltos ni se dinamita el monopolio de las vías de información del gobierno. Todo lo contrario.

El cambiar el etiquetado como se hizo —a la trompa talega— otro golpe a la economía; si bien será necesario más adelante, en este momento solo representa un costo mayor para las empresas y un motivo para vender menos.

Por supuesto, no olvidemos que, para rematar la incongruencia del gobierno, mientras este solicita que los empresarios no reduzcan el sueldo y no despidan a nadie, el INEGI está despidiendo personal y el mismo presidente anunció que a partir de subdirectores hacia arriba se les reducirá el sueldo y no recibirán su aguinaldo. Eso sin contar los 150 mil burócratas que mandó a la calle desde diciembre de 2018.

¿Hay apoyo o no? Decídanse

Sin querer o queriendo, los empresarios (entre más grandes, más notorio) están auto saboteando a sus representantes. Necesitan unirse, ser claros, firmes y contundentes: si apoyan el plan de reactivación económica de AMLO, deben decirlo todos ellos, públicamente y con voz propia. Si es insuficiente e incorrecto, lo mismo y con mayor razón. Cualquier posicionamiento debe ser claro, directo, masivo y al unísono. Nada de usar a los periodistas o redes sociales como conductos.

Carlos Slim, Alberto Bailleres y Germán Larrea expresaron su apoyo al plan del gobierno. El Grupo de los 10 (los empresarios más importantes de Nuevo León) sostuvieron una reunión con López Obrador, publicando después una carta donde se solidarizan y apoyan el plan del presidente, aunque “sugieren” ciertas acciones que no se han desarrollado. Y las cámaras comentan su desacuerdo.

La inconsistencia salta a la vista para Andrés Manuel y si bien los gigantes no requieren del apoyo del gobierno, no es sinónimo de que las PYMES puedan sobrevivir como sus empresas. Los mismos empresarios o se ponen de acuerdo o López Obrador continuará con su plan, ya que sí hay un puñado que lo está apoyando, al menos de dientes pa’ fuera.

Ya lo advirtió Carlos Salazar: “si los empresarios no actúan en este momento de la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus, los impactos económicos negativos podrían ser de una caída del PIB de siete por ciento y una pérdida de hasta un millón 200 mil empleos”. En un enlace en la plataforma virtual Bluejeans, en la que participaron los presidentes de los 12 organismos empresariales que integran al CCE y al que están conectadas 3 mil 200 personas, el dirigente empresarial convocó a acciones de apoyo entre particulares para salvar a las pequeñas y medianas empresas.

Hoy, en base a los diferentes posicionamientos por parte de los empresarios, Andrés Manuel descarta variar un ápice su proyecto, así como una ruptura de la iniciativa privada, aun cuando los empresarios de Jalisco ya manifiestan su descontento.

Señor@s, solo hay una manera de salir adelante: no permitir ser la coyunda de Andrés Manuel. Eliminar de YA el doble discurso, pues está imposibilitando el diálogo y sigue frenando que lleguen las ayudas tan necesarias para todas las PYMES. ¿Tan difícil es seguir el ejemplo empresarial de otras latitudes?