Los mismos negociadores norteamericanos del TMEC reconocieron hace más de un año, que sus contrapartes mexicanas habían logrado ponerle condiciones a la economía más poderosa del mundo en los acuerdos para regular el comercio entre México, Estados Unidos y Canadá.

Y no solo Robert Lighthizer y John Melle -representante comercial y negociador de EU respectivamente- elogiaron el papel de Kenneth Smith Ramos -su contraparte mexicana- sino también Chrystia Freeland -Ministra del Exterior de Canadá- y Steve Verhuel, negociador principal canadiense.

A pesar de eso, Smith Ramos y todo su equipo de especialistas altamente entrenados en las grandes ligas del mundo comercial, fueron despedidos por órdenes del presidente López Obrador apenas asumió el poder y pocos días después de que el mencionado tratado fuera acordado en Buenos Aires por los tres países.

Su lugar fue tomado por Jesús Seade Kuri, nombrado por el inquilino del Palacio Nacional, quien se ostentó públicamente como el artífice de haber logrado que se cambiara la cláusula de extinción del tratado y otros aspectos importantes en materia de energía a favor de México.

Pero una fuente muy bien informada que tengo en el equipo actual que lleva la renegociación del T-MEC, me dijo ayer que fue Smith Ramos quien lo hizo y no tuvo problema para dejar que los de la nueva administración se pararan el cuello.

Esto viene a colación porque ayer mismo me enteré acá allende las fronteras del norte, que la ratificación de ese tratado está cayéndose, con las desastrosas consecuencias que eso podría tener para la ya de por sí en “recesión técnica” economía mexicana.

Les platico: Por si no fueran pocos los indicadores de cero crecimiento económico de México en éste 2019, se está complicando el cierre de la ratificación del TMEC.

Las posiciones por el lado norteamericano se han desordenado en los últimos días y vuelto muy volátiles, por decirlo suavemente.

Por un lado, Nancy Pelosi -presidenta demócrata de la Cámara de Representantes- se suma a la postura de Richard Trumka, líder de la AFL-CIO, la central obrera más importante de EU, de que México debe garantizar la sustentabilidad de la reforma laboral.

Por el otro Trump que no pierde oportunidad para fustigar a Pelosi sobre su rol en el mismo tema. El presidente de la Comisión de Medios y Arbitrios también se mete a la jugada haciéndole ver al electorado norteamericano que los intereses de su país van por delante.

El panorama es complicado porque como dijo Smith Ramos, varias piezas del tratado están en movimiento de manera simultánea.

Los demócratas están negociando ese asunto con la administración de Trump para añadir temas adicionales en materia laboral y al mismo tiempo traen otra negociación con Trumka, quien nunca da el apoyo incondicional de su poderosa organización a los tratados de libre comercio.

La realidad es que la AFL-CIO la está jugando muy rudo y ni demócratas ni republicanos han logrado cerrar su negociación en temas laborales con ese organismo sindical. Incluso si se ponen de acuerdo, falta ver si su postura en el tema laboral es conveniente y aceptado por el gobierno mexicano.

A pesar de que el TMEC tiene el capítulo más avanzado en materia laboral de todos los tratados del mundo, la AFL-CIO insiste en hacer valer sus posturas proteccionistas buscando que sus socios comerciales acepten compromisos adicionales.

Entonces, el organismo sindical más fuerte de EU está en franca rebelión contra Trump y los demócratas, buscando obstaculizar la ratificación del tratado comercial.

La ventana para que esto se concrete cada vez se cierra más. Se hablaba en un principio que antes del Thanksgiving todo quedaría resuelto; ahora se dice que antes de que finalice el año pero las señales no son buenas y lo más lejano en el tiempo es que suceda antes de que empiecen las elecciones primarias en febrero.

Y ante esto, hay tres escenarios:

1.- Que los demócratas ofrezcan a cambio del voto de la AFL-CIO, otros temas de política doméstica de EU que nada tienen qué ver con el TMEC.

2.- Que le pongan un ultimátum al sindicato, lo cual es poco probable porque EU vive tiempos electorales y esto les podría restar votos a uno o al otro partido. Aquí sería tanto como que los demócratas le dijeran a Trumka, en el TMEC vamos con o sin ustedes y nos vamos a aliar con la administración de Trump.

3.- Que demócratas y republicanos hagan que México pague los platos rotos por lo que está sucediendo con esa central sindical. Y aquí, Trump se aliaría con los demócratas en contra de nuestro País, con las consecuentes condiciones adversas no solo en materia laboral, sino incluso de aranceles.

 

CAJÓN DE SASTRE

“Ante este panorama, hagan de cuenta que el mánager del equipo de beisbol despidió a sus jugadores titulares para ahorrarse lana y para quitarse el tufo del anterior timonel y en su lugar puso a jugar a puros novatos que -la verdad- ni pichan, ni cachan ni dejan batear”, dice la irreverente y beisbolera de mi Gaby.

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “SIP, Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Es miembro de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe diariamente su columna “IRREVERENTE” para prensa y TV en más de 40 medios nacionales y extranjeros. Maestro en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras, de distinguidos comunicadores. Como montañista, ha conquistado las cumbres más altas de América.