Irreverente

Se lo acaba de dar Ildefonso Guajardo a Adrián de la Garza.

El primero, único en el gabinete de Peña Nieto que aguantó los seis años; artífice con Kenneth Smith Ramos del Tratado Comercial de México con EU y baluarte de lo poco respetable -hasta antes de su comida en El Mirador- que tiene el PRI en NL y en el País mismo.

El segundo -tome aire, por favor- el mafioso e inútil alcalde de Monterrey que le dio en la madre a la otrora orgullosa urbe.

Que tuvo el descaro de aprobar contratos para que sus compadres re tapicen la ciudad de mupis publicitarios.

Que no tiene pantalones para retirar de las calles y banquetas a los miles de puesteros que hacen cada vez más millonario al sempiterno cacique de la CTM, Ismael Flores.

Que siendo ex procurador de justicia puso en manos de las bandas del crimen organizado a millones de regios.

Que hace llorar a los pobres carros, trocas y camiones que transitan por las calles plagadas de pozos -ya no baches- y a los dueños de tales vehículos pos también.

Que todos los días se va al gym en horas de trabajo a ejercitar el músculo corporal, porque el cerebral, no tiene.

Que le sirve de tapadera a su secretario del ayuntamiento, el también bueno para nada de Cavazos y a otros como él que inundan el nauseabundo staff del municipio lleno de los despojos del medinismo, que es el que en realidad manda en el Ayuntamiento.

Que busca reflectores y amarres a como dé lugar y se exhibe en el mismo Mirador de ayer con la iletrada en Economía -y muchos otros temas- “Secretaria de Economía” Tatiana Clouthier.

Que se va a Las Vegas en días de chamba y cuando lo pescamos en la maroma se regresa en chinga en uno de los aviones de su hermano y para que no lo vayan a balconear, se baja en Laredo, desde donde se la fleta por carretera -pobrecito- hasta Monterrey y cree que nadie se dio cuenta.

Que trae más guaruras y blindados que el Sha de Irán, poniendo en evidencia eso de que el tamaño del miedo se mide por la cantidad de pistoleros alrededor del que los paga; bueno, en este caso quien se los paga es el sufrido y dejado contribuyente.

Que forra de billetes a los jilgueros que lo publicitan en cuanto listón de obras inexistentes hay que cortar; en las fotos más falsas que un billete de dos pesos que le toman dándose baños de pueblo con quienes se dejan a cambio de un PAN; en los que difunden sus gacetillas de prensa diciendo que es el próximo gobernador.

Que no es capaz siquiera de sincronizar dos semáforos, y que a pesar de todo esto es el candidato del PRI a suceder a otra ficha igual de lisa, el Bronco Rodríguez.

Ahora veo de lo que es capaz un ex ministro de Economía por buscar una gubernatura.

NO INVITA A SUS AMIGOS, PERO SÍ A LOS "BARBEROS"

Ahora veo a uno al que le vale Wilson arriesgar su prestigio, convocando a ex gobernadores, alcaldes y barberos, ignorando a sus amigos de verdad, en una comida para arropar al que ni harapos merece.

Imagino la frustración de Ildefonso al darse cuenta de lo poco que sirvieron sus desayunos en “El Invernadero” con Nati, Benjas, Sócrates, Jorge Treviño, y la pléyade de priyistas que querían verlo de candidato.

Imagino el encabronamiento de todos ellos al ver que el poder del medinismo y del salinas-plieguismo pudieron más al parir como candidato a semejante engendro que como única gracia tiene el saber bailar cual chafo títere al son de quienes mueven sus hilos.

Ni Poncho ni sus amigos priyistas merecen esto, me cae. Bueno, Poncho sí, por andar de ofrecido y no esperarse seis años a que madure su propia personalidad y se quite el tufo peñanietista que lo sigue a todos lados.

CAJÓN DE SASTRE

“Como diría tu abuela la política y también criadora de cerdos: ´pero ¿qué necesidad tan necia´... tiene Ildefonso de andar haciendo esto?

Como no se le hizo la candidatura por la gubernatura se presta a ésta caricatura.

Pinche poder, de lo que son capaces unos por tenerlo.

Lo siento por los priyistas de a deveras, como Bertha Castilla, Sócrates Rizzo, Jorge Treviño, Roberto Olivares, Ricardo Brandi, Jorge Cuéllar, que NO quisieran ver a Poncho dejarse manosear y vilipendiar de esta manera”, dice la irreverente de mi Kalifa, desde su reducto en Washington, DC, a donde se fue a atestiguar la asunción al poder de su presidente Biden.

Acuérdense de que ella es ciudadana estadounidense, conste. ¿Y yo? Ah, pues como buen consorte suyo, en las mismas ando. Salud por la salud...