Como todavía no hay otra cosa que me prenda una vez concluidos los Olímpicos, aquí les dejo los cinco pensamientos que me quedan después de los 17 días de fiesta deportiva.
Por fin cumplió el fut
El oro Olímpico que nos trajo el equipo de futbol es una buena respuesta para todos aquellos atletas, aficionados y periodistas que hemos reprochado por años la gran popularidad con la que cuenta el llamado ‘pambol’, en contra de otros deportes con mejores resultados y que normalmente circulan en el anonimato hasta que llegan los Juegos Olímpicos.
Este resultado (quizá la plata, incluso el bronce) tiene una relación más proporcional a la gran atención mediática de la que goza el futbol. Ahora sí, bienvenidas la portadas y las horas y horas de repeticiones, análisis y comentarios en radio y televisión.
El fracaso de Paola
Tranquilas fieras. Ya debió caer la primera mentada de madre allá abajo en los comentarios, pero si lo pensamos con serenidad, no hay nada más cierto. Conste que no dije que Paola fuera una fracasada, ni que todo lo que haya hecho antes no cuente, es, sin duda, una de nuestras grandes deportistas de la historia. Pero cuando hay un objetivo, con las condiciones idóneas, y no se cumple, es un fracaso.
De acuerdo a su circunstancia, con todo el apoyo posible, luego de su cuarto lugar en Beijing 2008, ser Campeona Mundial en 2009 y como la gran veterana del equipo, que se colgó la plata en el sincronizado, lo que tocaba para Paola era subirse al podio de la plataforma individual. Era de las favoritas del evento. En muy pocas disciplinas nos podemos dar ese lujo y lo desperdició con un sexto lugar. Si a los 30 años no logra llegar en forma a Río 2016, ése hueco quedará para siempre en su carrera.
Los dignos y sobresalientes
Bajo el mismo criterio que juzgo a Paola, repito, de acuerdo a sus circunstancias, tengo que dar menciones especiales a deportistas como Daniel Corral, Lino Montes y Alberto Michán. Tipos que debutaron en unos Olímpicos y que con muy poco hicieron más de lo que se esperaba.
Corral demostró, al menos en una especialidad, que en gimnasia varonil, casi inexistente en México, se pueden traer buenas cuentas, al terminar quinto en barras paralelas. Montes, un chico, que del campo llegó por casualidad a la halterofilia, logró colocarse en sexto del mundo. Y Michán, en ecuestres, un deporte de riquillos, que depende de esfuerzo y recursos personales, se metió hasta el quinto sitio en el salto.
Por supuesto que no pretendo omitir a nuestros medallistas. Todos ellos merecen un reconocimiento por habernos otorgado, con siete medallas, la mejor actuación de una delegación mexicana fuera de territorio nacional. En un sistema deportivo de mucho millones, pero de grandes deficiencia, Iván García, Germán Sánchez, Paola Espinosa, Alejandra Orozco, Mariana Avitia, Aída Román, Laura Sánchez y María Espinoza, son héroes.
Cuando es demasiada música
Otra vez me la van a mentar algunos; ahora serán los melómanos. Pero, honestamente, tanto la inauguración como al clausura de Londres 2012 fueron demasiado largas en el afán de mostrar todo ese acervo musical con el que cuentan los británicos.
Estoy consciente de que superar la majestuosidad de Beijing era muy difícil y toda esa música guardada de décadas y décadas era su mejor arma para impresionar, pero creo que en ambas ceremonias les faltó la capacidad de encontrar a los tres o cuatro artistas que representaran mejor la cultura inglesa.
Y no me baso en una crítica especializada en producción de espectáculos, solamente en la reacción de aquello con los que tuve la oportunidad de compartir. No hubo alguno que aguantara verlas completas.
Entiendo que a los más musicales les haya fascinado, pero no fueron soportables por todos y poco tuvieron que ver con los ideales olímpicos de universalidad. Disfruto a la mayoría de los artistas que ahí se presentaron, pero, para la ocasión, no me gustan los conciertos.
Futureando
Futuro es la palabra más incierta para el deporte mexicano cada cuatro años. No podemos saber qué destino tomará, menos si el cambio de administración, el cambio de partido en el poder, está a la puerta.
Dando por hecho que ratificarán el triunfo de Peña para asumir la presidencia del país, hay nombres con cierta lógica para llegar a la Conade: Daniel Aceves, secretario del deporte del CEN del PRI, o Jesús Mena, director del Instituto Mexiquense de Cultura Física y Deporte.
Pero no se trata de nombres, se trata de la política deportiva que pretendan implementar y es ahí donde se puede romper cierta continuidad que, mal que bien, se ha conseguido. ¿Qué tal que dejan a Bernardo de la Garza? A fin de cuentas, proviene del partido Verde, el mismo que hizo alianza con el PRI en la contienda por la silla presidencial, y con buenas cuentas en Panamericanos y en Londres. En fin, ocurrencias mías.