El dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza trata de aprovechar −según él−, el fenómeno de Javier Duarte para golpear a López Obrador. En una publicación de Proceso, el dirigente tricolor ha dicho que hay una “hermandad criminal” entre el tabasqueño y el veracruzano. Es decir, Ochoa Reza culpa a López Obrador de tener nexos con e PRI.
Por más estúpido e inverosímil que sea asociar al tabasqueño con Duarte, es una especie de estrategia política de Ochoa Reza. Bueno, según el PRI. Lo único que está generando es abrir la “caja de pandora”. Pues es notable que entre los priistas llamaban “amigo” a Javier Duarte y ahora lo tratan de linchar simuladamente por diversos delitos para limpiar su putrefacta imagen.
A Ochoa Reza y la justicia mexicana se les olvidó que Javier Duarte estuvo casi 4 años haciendo de las suyas y no se daban cuenta. Pues es normal que no se darán cuenta, si al parecer todos los gobernadores del PRI −y algunos del PAN−, operan de la misma manera. El mismo dirigente nacional del PRI se vio envuelto en varios escándalos.
Podemos mencionar que el primer escándalo de Ochoa Reza fue el recibir cerca de 1 millón de pesos de liquidación, otro punto que no le dieron tanto foco fue su 3 de 3. Pero el más reciente, fue el proceso irregular en el que el líder tricolor adquirió unos taxis en Nuevo León. Pues con esta autoridad moral, el líder nacional del PRI exige justicia sobre el vínculo ficticio de Duarte y López Obrador.
Después de tan conmovedora historia de Ochoa Reza, también está Ricardo Anaya usando el mismo discurso. Pero el dirigente blanquiazul da la impresión que lo usa con más cautela. Sabe perfectamente que puede ser un boomerang y regresarse su crítica a Josefina Vázquez Mota que tiene vínculos irregulares con el gobierno del presidente Peña Nieto. Ricardo Anaya a pesar de ser joven, es más prudente que el líder priista. Hasta para jugar en el lodo hay que saber hacerlo y el líder panista se muestra mejor que Ochoa Reza.
Me parece que el PRI sigue pagando muy caro el tener un líder que no está a la altura de varios de sus antecesores, al menos de Manlio Fabio Beltrones. Lo que queda del PRI dentro del mismo partido le sigue restando con “grillas” baratas que terminan perjudicando más al mismo PRI que a quienes busca perjudicar.
Mucho se ha dicho que uno de los mejores promotores de López Obrador −que son opositores al tabasqueño−, es el mismo Peña Nieto. Debido a sus constantes tropiezos e incongruencias. Pero me parece que debido al éxito obtenido, ahora Ochoa Reza es otro gran promotor de López Obrador. El líder tricolor está fuera de sí, pareciera los mismos síntomas de Videgaray o el presidente Peña Nieto. Pueden aprenderle un poco al líder nacional del PAN, auqneu también dice tonterías, pero juega mejor.
La realidad alterna en la que vive el gobierno federal y el PRI está haciendo que sigan en declive y ya no sabemos que tanto caerán. Hemos visto como ejemplo al PRD, que está en caída libre, la diferencia es que el PRI tiene de soporte al presidente de México, muchos gobernadores, alcaldes y legisladores. El PRI por mucho que caiga tiene una estructura que lo soporte.
Pero su posible declive lo veremos en las elecciones de este año, sobre todo en el Estado de México. El presidente Peña Nieto y ahora el dirigente tricolor Ochoa Reza aparte de ser los principales promotores de campaña −queriéndolo perjudicar según ellos−, de López Obrador hunden día a día a su corrupto partido.
Lo absurdo y ridículo del cómo se dirige la dirigencia del PRI, puede caer incluso en decir que es culpa de López Obrador de que el PRI sea corrupto. Solo falta que culpen al tabasqueño de la liquidación de CFE a Ochoa Reza, o de que tiene vínculos con César Duarte, Borge, Yarrington, etc. Jugar a que el electorado es tonto es arriesgado, pero creer que el electorado es estúpido como su estrategia, tarde o temprano les cobrará factura.
Twitter: @Hugo_Canelo