Lo dicho, sí, aquí en este mismo espacio periodístico lo referimos, que  el Municipio de Naucalpan se encontraba en una crísis económica por las elevadas deudas que lo asfixian y que son impagables en el corto o mediano plazo. Esto lo confirmó de viva voz su Presidenta Municipal, Arquitecta Patricia Durán Reveles, quien el sábado pasado al llevar a cabo su primera asamblea ciudadana, ante unos miles de asistentes al evento, que colmaron toda la explanada del Palacio Municipal, así lo dejó muy en claro, con palabras más, con palabras menos, que el municipio debe más de tres mil millones de pesos. Que el OAPAS (Organismo de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento) está tan endeudado que se encuentra literalmente en quiebra, o sea, el organismo del agua se encuentra como un barco hundido hasta lo más profundo en el océano, y que ni vendiendo todo su patrimonio inmobiliario se le podría sacar a flote. ¿Por qué ha de ser así? ¿Por la corrupción? Pues entonces habrá que escudriñar en el pasado inmediato y castigar sin misericordia a los responsables. Nada de perdón, porque al tratarse de atentar contra el organismo que suministra el agua, es atentar contra un derecho humano vital para la sociedad de Naucalpan.

La Alcaldesa Durán Reveles también expresó con mucho énfasis e indignación, que les han embargado o bloquedo cuentas bancarias municipales; que por concepto de salarios devengados y aguinaldos, la administración que concluyó su periodo el pasado 31 de diciembre, de manera irresponsable le dejó un gran adeudo, que ascienda a unos 60 millones de pesos, al haber omitido cubrirles tales emolumentos a decenas de trabajadores de esa municipalidad. Pero además, en esa misma intervención, que denominó “denuncia pública”, señaló que con relación a los laudos laborales concluidos y perdidos por el municipio, la candidad que se debe de pagar es extremadamente enorme, ya que precisó que el monto total por condenas laborales es de 700 millones de pesos.

Esos juicios laborales perdidos significan una verdadera leña ardiendo entre las manos, porque son asuntos delicados, y que mientras no se pague dia con dia el monto económico se incrementando a una gran escala por la generación de los salarios caídos. Pero lo más grave aún, es que por mandato judicial eventualmente se pudiera ordenar el pago ipso facto de alguno uno, dos, tres o más juicios laborales, so pena de destitución del cargo en el caso de incumplimiento o desacato a lo ordenado en una resolución jucial. Aquí resulta pertinente recordar la destitución relativamente reciente de un Delegado de la Venustiano Carranza en la Ciudad de México, cuyo nombre no es necesario señalar, porque fue ampliamente conocido el escándalo por el público, esto sucedió hace aproximadamente dos años, y todo por desestimar la importancia de un laudo y por negarse a pagar cuando la autoridad judicial lo estuvo requiriendo. El  argumento de defensa que esgrimió fue que él no había despedido injustificadamente al trabajador, sino que había sido una administración anterior a la suya la que lo había hecho. Esto no tuvo ninguna validez para la Suprema Corte de Justicia de la Nación, lo agarró con los dedos en la puerta y sin detenerse un ápice en su determinación judicial, el Delegado de la noche a la mañana quedó en la calle, sin cargo alguno y con una responsabilidad penal que tuvo que enfrentar ante el Ministerio Público Federal. Es de recordar que por esa misma época le sucedió algo similar a un Alcalde de Tultitlán o de Coacalco.

Desde luego que no se trata de ser alarminista ni exagerado, sino todo lo contrario, se trata de prevenir, y eso se menciona porque amerita que en lo inmediato se establezca un plan o programa de pagos para solventar los diversos juicios laborales que son irreversibles, y así evitar cualquier desaguisado. Pero además, y de forma paralela, la Contraloría Interna Municipal tiene la obligación  de oficio de proceder a revisar cada uno a uno esos juicios laborales perdidos, para ver si los procedimientos de defensa jurídica fueron bien instrumentados, si se contestaron adecuadamente demandas, si se compareció a las audiencias o si se interpusieron los amparos que eran necesarios. También observar si no hubo negligencia en su atención, dolo o mala fe, ya que de ser así, se podrían someter a procedimientos administrativos de responsablidades, y en su caso, de aparezcan culpables,  aplicar las sanciones que resulten a ex funcionarios por daño patrimonial causado en detrimento del erario público municipal. 

Todo ello evidentemente que es una situación que maniata  y frena, sin dejar  avanzar al gobierno municipal de Naucalpan con la agilidad que las actuales circunstancias lo exigen. ¿Cómo se podría llevar a cabo el cumplimiento puntual de los diversos programas que se establecieron como compromisos de campaña política? Con esa pesadísima carga de toneladas de deudas, la verdad es que resulta casi imposible que la Arquitecta Durán Reveles pueda hacer milagros y lograr con el éxito que desea sus programas de gobierno. Es por ello que, como lo dijimos en una columna pasada en este mismo espacio periodístico, que solo con la ayuda de la federación, e incluso del gobierno estatal, que generosamente llegarán a tirar un salvavidas especial para rescatar Naucalpan, se podrán superar obstáculos y se la cumplirá a la sociedad naucalpense, que mucho espera de la Alcaldesa Paty Durán. Lo veremos.

Pálida tinta: A propósito de Venezuela, creo que la mejor política exrerior es aquella que se pronuncia por preservar la paz entre los países del orbe, y si México sostiene esa línea está en lo correcto, así se le venga medio mundo de países belicosos encima. Habrá que resistir la guerra, pero de descalificaciones.