La declaración del gobernador de Guanajuato con licencia, Juan Manuel Oliva Ramírez, en el sentido de que Enrique Peña sí es el candidato puntero en la lucha por la presidencia de México y que lo que se propone realizar en el plano electoral es sacar 20 millones de votos para Josefina Vázquez Mota, es un reflejo de la demencia política que padece.

Dice una verdad: Enrique Peña Nieto es quien encabeza, desde hace tres años, las preferencias electorales en la contienda presidencial.

Luego dice una mentira: Que va a sacar una cantidad de votos increíble: 20 millones en favor de Josefina Vázquez Mota. Lo que quiere decir que la candidata del PAN sacará más de 6 millones que los que obtuvieron López Obrador y Felipe Calderón en los cuestionados comicios del 2006.

La apuesta de Juan Manuel Oliva es trampear la elección presidencial manipulando a la estructura electoral a través del condicionamiento de los apoyos de los programas sociales de la Federación, y posteriormente con la compra de votos, secuestro de credenciales de elector y amenazas personales.

El modelo Juan Manuel Oliva se lo han vendido a Josefina Vázquez Mota como su último tren en un proceso en el que está colocada muy por debajo del puntero; con la seria amenaza de que se vaya hasta el tercer lugar con una cifra verdaderamente deplorable.

Los expertos aseguran que si Josefina no se reagrupa estratégicamente y cambia piezas claves en su equipo a tiempo, terminará el proceso de julio con apenas tres puntos de ventaja sobre los 5 que alcanzará el vivales de Gabriel Quadri.

Pero la oferta de Oliva Ramírez, a quien siguen pidiendo en Guanajuato que regrese a rendir cuentas, tiene un doble fondo:

1-    Primero trata de competir con la influencia de Antonio Solá en el ánimo de la candidata. Las estrategias de terrorismo mediático de Solá, como la marcha anti EPN del sábado, nunca se traducen en votos. Oliva y Josefina saben que las elecciones se ganan el día de la elección en las casillas. Y el español Solá solo le vende espejismos, y muy baratos, al proyecto de su querida candidata. 

2-    Segundo, un pillo como Juan Manuel Oliva, que pierde el fuero en unos meses, tiene que buscar márgenes de seguridad. Su condición intelectual y su modelo de calidad de vida no es igual al de Calderón, Creel, Madero o Josefina. Ellos están dispuestos a gozar un exiliado dorado en el extranjero.

En Cambio Oliva es un aldeano. Añora regresar a León para disfrutar las residencias que ha comprado como producto de su corrupción. La señora Martha Martínez, su esposa, tiene invertidos sus “ahorritos” en puro proyectos leoneses, si acaso alguno en Irapuato o Silao.

El mejor refugio para Oliva es la presidencia del Comité Nacional del PAN. Si logra que Josefina se quede con decoroso segundo lugar, su calidad de “operador mapache” quedará confirmada.

Y su premio, y la ganancia para un PAN que quedará, sin duda, destrozado después del 1 de julio próximo, será la dirigencia de su partido.

Podrá ofertar la reconstrucción del PAN. Podrá argumentar que Solá, Gil y demás operadores de redes sociales de Josefina no sirvieron para nada. Y los resultados de julio le darán la razón.

Nunca habrá 20 millones de votos para el PAN en la elección que ya está a la vuelta de la esquina. Tampoco habrá una gran baraja calderonista para pelear el partido. Todos serán perdedores. Fox está moralmente impedido para regresar a la política activa.

Es el tiempo de Oliva. Y por eso lanza el señuelo a Josefina de los 20 millones de votos.

Ni Guanajuato ganará. Allí está la muestra de Celaya donde el PRI ya lleva 12 puntos arriba del PRD y más arriba del PAN que marcha en tercer lugar.

La dirigencia nacional del PAN, es el exilio dorado del pillo de Juan Manuel Oliva.

Al tiempo.