Hace días me decía el director de un grupo editorial, que no entendía por qué habiendo en el país tanta pobreza, desaparecidos, corrupción, feminicidios…,  personas saliera a la calle a marchar por la familia.

Ya habían salido más de 1 millón 200 mil personas en 130 ciudades pero faltaba la marcha en la Ciudad de México. En la Capital, me dijo, no se lograrán los números que se lograron en provincia.

Le respondí  que justamente por eso la gente marcha, porque se da cuenta de que estamos así –con violencia, corrupción, injusticias, etc.- porque las familias se están debilitando y que en la CDMX saldrían también cientos de miles.

La solución es la familia. No podemos olvidar que es la célula natural de la sociedad y que sólo células sanas crean cuerpos sanos.

Las banderas que predominaron en las 130  marchas y muy especialmente en la del sábado 24 en la CDMX eran la bandera de México. Estuve en la marcha olía a pueblo, no vi curas ni obispos, sí en cambio trabajadores, madres de familia y cantidad de jóvenes. Unos llegaban en camión, otros en auto, otros en bicicleta. Todos seres humanos de carne y hueso, el único ángel en la marcha era el de la independencia a quien por cierto me pareció haberlo visto sonreír.

La gran causa de las marchas fue la familia. De modo pacífico, alegre, civilizado y respetuoso marcharon más de 400 mil mexicanos y mexicanas en la CDMX con un solo clamor, un mejor México. Un México que mire a la Familia y un gobierno que en vez de redefinirla se ocupe de protegerla.

El llamado de la ciudadanía tuvo además una mayor vigencia en los tiempos difíciles que vivimos hoy, en los que el tejido social basado en la familia es el que nos puede brindar los principios básicos para combatir el crimen organizado, que se apoya precisamente en la desintegración familiar para cooptar sicarios y habilitar bandas de narcomenudeo y delincuencia.

Si la familia se pone en pie el país entero se levanta y un país en marcha es un país con menos corrupción, desigualdades e injusticas. Esto sí sería mover a México. La solidaridad familiar siempre ha sido una respuesta a la falta de empleo y la pauperización del ingreso, me decía no sin razón un colega.

Por todo eso hizo bien el FNF en explicarnos que su lucha no una lucha contra las bodas gay, sino que su lucha es por México y es por ello que terminó la marcha exigiendo al estado gobernar con perspectiva de familia y diálogo con los poderes de la unión.