Si bien la acusación que espetó el pasado fin de semana el gobernador Antonio Echevarría, quejándose de la visita en tierras nayaritas de vacacionistas de Guadalajara que llegaban a contagiar el Coronavirus Covid-19 no será motivo de desavenencias entre los gobernadores de Jalisco y Nayarit, dado que Enrique Alfaro Ramírez coincidió en que estaban incurriendo en una irresponsabilidad aquellos que aprovecharon el llamado al aislamiento voluntario para irse a las playas, también es verdad que son reprochables los excesos en que estarían incurriendo las propias autoridades nayaritenses y algunos ciudadanos de aquella entidad en contra de los visitantes.

En un video mensaje difundido a través de sus redes sociales, el gobernador del estado vecino del norte, se pronuncia molesto y muestra su rechazo a los visitantes jaliscienses argumentando que “siempre son bienvenidos, pero por ahora esa gente irresponsable que se vino a Nayarit, que tienen el COVID-19, no tienen madre”.

Según el mandatario, una autoridad del gobierno de Jalisco lo llamó para informarle que gente infectada se había dirigido hacia aquella entidad “para resguardarse y no acrecentar la cifra de contagios”, ante lo cual instruyó a sus gobernados no dar asilo en sus casas ni atender a gente proveniente de Jalisco, al tiempo que instruyó el cierre por tiempo indefinido de las Casas Club de la entidad, así como las albercas colectivas que continúan con el servicio a pesar de la cuarentena.

Esta postura ha sido respaldada por el gobernador Enrique Alfaro, quien le dio la razón a su homólogo de Nayarit, “independientemente de si es de Guadalajara o de dónde sean, quienes ahora están visitando lugares para vacacionar son unos irresponsables, si son de Guadalajara o de otro lugar, si no han entendido el mensaje son irresponsables”, aseveró el Ejecutivo jalisciense.

Alfaro, incluso, dijo entender las medidas del gobernador de Nayarit y añadió que Jalisco hace lo propio para evitar contagios, pues ya también ha colocado filtros sanitarios en ingresos carreteros.

Sin menoscabo de que ambos mandatarios estén en lo correcto al disponer de los medios a su alcance para intentar frenar en la medida de lo posible que el brote sea exponencial, también procedería ordenar una revisión ante algunos reportes de extorsiones que han estado sufriendo algunos visitantes y otras quejas en torno a que incluso se los están llevando detenidos.

De tal suerte que no sería ocioso mantener una vigilancia permanente para proteger los derechos humanos de estas personas, aún suponiendo sin conceder que lo dicho por el gobernador Antonio Echevarría sea verdad en el sentido de que se trata de gente infectada por Coronavirus.

Habrá que mencionar además, que no son pocas las familias jaliscienses que tienen propiedades, llámese casas de playa, o de descanso en destinos turísticos como Bahía de Banderas, que decidieron resguardarse durante la cuarentena en familia haciendo uso de estos inmuebles y resulta ofensivo por no decir violatorio de la ley, que a estas personas que responsablemente pagan sus impuestos y que han contribuido de manera importante a la economía de aquel lugar, se les esté dando trato de delincuentes, sean objeto de discriminación y de agresiones.

Quizá habrá que revisar también la dispersión de criterios existente, pues sigue habiendo confusión, principalmente en los ayuntamientos, en cuanto a lo que está o no permitido, los alcances de la emergencia sanitaria que fue perfectamente delineada por el Gobierno Federal, y que la información baje a los cuerpos policiales, agentes viales y protección civil, para evitar caer en excesos e irresponsabilidades por parte de la autoridades de los diferentes niveles.

Lo que sí resulta totalmente reprobable es que la gente siga sin entender que nos encontramos en medio de una contingencia, una crisis sanitaria y esté aprovechando la coyuntura para viajar a los destinos turísticos para visitar playas, ríos, balnearios, pueblos mágicos y la montaña, cuando ha sido contundente la instrucción “Quédate en casa” por parte de los diferentes gobiernos de todos los niveles.

De acuerdo a reportes de los diferentes medios de comunicación de la entidad, el pasado fin de semana colapsaron las salidas carreteras al dejarse ver filas kilométricas en las vías que conducen a centros vacacionales como Puerto Vallarta y Manzanillo, Colima. Según el diario NTR “camionetas familiares, autos particulares e incluso vehículos de renta para pasajeros se vieron en las filas que, a vuelta de rueda, esperaban salir de la ciudad”.

“Las filas en la carretera a Nogales fueron de hasta 4 kilómetros para pasar Pinar de La Venta y se registraron retrasos de una hora y 20 minutos.

En la salida a Colima la situación fue similar, aunque el tránsito fue un poco más fluido. Ahí se vio a automovilistas con motos en remolques, maletas y sombrillas y toldos para la playa.

Al cuestionar sobre su salida a algunos paseantes que paraban en estaciones de gasolina, argumentaron en su gran mayoría que no perderían reservaciones que previamente habían hecho. Otros justificaron su omisión al referir que viajaban a la sierra, donde el aislamiento persiste, pero en otro ambiente”.

Lo adecuado es que fueren en efecto filtros de información y revisión del estado de salud de quienes circulan por las diversas vías de comunicación a efecto de poder amainar la circulación de personas con sintomatología tal que pudiera considerarse ligada a afectación de salud en vías respiratorias, tales como los que se aplican en aeropuertos o centrales de autobuses, más debe evitarse el exceso como el de usar la fuerza para limitar que quienes se trasladan a sus posiciones o propiedades en cualquier lugar de Jalisco o Nayarit sean objeto de vejación a sus derechos fundamentales, sea impidiéndoles el libre tránsito a sus dominios o deteniéndolos para confinarlos, siendo lo más grave el que se azuce por el gobierno nayarita a la población de esa entidad a ejercer esa función de bloqueo al paso de las personas e inclusive agredirlas tan sólo por circular en vehículos con placas de otro estado.

Lo más delicado tal vez sea que al habérseles conminado a denunciar a quienes son foráneos prohíjen que las fuerzas policiales estatales o municipales actúen arbitrariamente forzándolos a abandonar sus inmuebles o hasta el grado deleznable de ser confinados inadecuadamente tras padecer la acción ilícita de agentes o inspectores. No puede permitirse que se incite a la población de una región a agredir o linchar a quienes según su libre albedrío no son considerados locales, debiendo reconocer la condición normal que existe entre Jalisco y Nayarit que comparten vías de comunicación y que es muy común que personas oriundas o avecindadas en ciudades de una u otra entidad tengan posiciones en la otra, además que por razones de la convivencia común circulen para temas básicos por caminos o calles de uno u otro estado colindante.

Resulta claro acatar los ordenamientos federal y estatal debidamente dictados y atenerse a ellos sin excederse, y en el caso de quienes pretendan realizar visitas turísticas sea suficiente el que estarán suspendidos los servicios de hospedería y colaterales a efecto de inhibir que los paseantes busquen realizar su recorrido vacacional, más sin vedarles su derecho ordinario y fundamental de habitar sus posesiones, y de decidir el lugar en el que desean pasar el tiempo de aislamiento.

Opinión.salcosga@hotmail.com

@salvadorcosio1