México recibió ayer dos millones de dosis de la vacuna de la farmacéutica china CanSino Biologics para envasarlas en el país, informó la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Martha Delgado, a través de su cuenta de Twitter.

COFEPRIS aprueba el uso de vacunas  CanSinoBio y Sinovac

Autoridades de la Secretaría de Salud informaron que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) aprobó el uso de emergencia de las vacunas contra Covid-19 de CanSino Bio y Sinovac, ambas de origen chino. Son 35 millones de dosis contratadas para la vacuna de CanSino y 10 millones para la de Sinovac.

La relación de México con China.

Beijing está usando la diplomacia de las vacunas con toda su intensidad para lograr avances en política exterior. Todo el aparato estatal de China está detrás de sus empresas. Hay quienes argumentarían que los chinos están tratando de contrarrestar las acusaciones de que encubrieron la propagación temprana de la enfermedad. También podríamos pensar que están vinculando su apoyo de vacunas a la perspectiva de futuras inversiones, en energía o tecnología.

Lo que sí es un hecho es que los líderes chinos necesitarán aliados para los conflictos internacionales que se avecinan. Y México es un jugador importante en Naciones Unidas y en el mundo.

Cuando vemos el acercamiento de México con Rusia y China y la velocidad de sus respuestas, y luego las comparamos con la lentitud de Covax, la iniciativa de adquisición de vacunas de la Organización Mundial de la Salud, inmediatamente algo suena extraño. De hecho, Estados Unidos debería prestar más atención a las incursiones de China y Rusia en México y América Latina.

El Canciller de México, Marcelo Ebrard escribió ayer en su cuenta de Twitter: “México reconoce el apoyo del Gobierno de la República Popular China y agradece a CanSino Bio por el puntual envío de la sustancia activa para envasar dos millones de dosis de la vacuna desarrollada por esa empresa y autorizada por la COFEPRIS. Nuestra gratitud siempre”.

Pero la cercanía de Ebrard con China no es nueva. El primer tuit de Ebrard en 2021, el mismo día 1 de enero, fue: “Sostuve cordial conversación con el Ministro de Relaciones Exteriores y Consejero de Estado de la República Popular China, Wang Yi, a quien agradecí el apoyo de su país para hacer frente a la pandemia. 

En 2021 ampliaremos la asociación estratégica de ambas naciones”.

Todo indica que tendremos una relación especial con China.

Dado lo anterior, valdría la pena reflexionar sobre lo que está ocurriendo entre Estados Unidos, nuestro vecino, amigo, socio y aliado en la región de América del Norte a la que pertenecemos, y China.

Las consecuencias globales de una eventual guerra entre Estados Unidos y China, probablemente sobre Taiwán, deberían preocuparnos. Es poco probable que se convirtiera en un conflicto nuclear. Pero a Beijing no le faltan ganas de hacer crecer su arsenal como instrumento de disuasión.

Imaginemos, después de las graves consecuencias económicas de la pandemia, que un hipotético estallido de una guerra de las dos grandes potencias probablemente produciría una recesión global. ¿Por qué? Pues interrumpiría el comercio internacional, desmantelaría las cadenas de suministro y afectaría severamente los sistemas financieros internacionales.

Para un aliado y vecino de Estados Unidos, como México, las consecuencias serían gravísimas. Hay analistas que calculan ya que, en un solo año de conflicto entre Estados Unidos y China, el PIB estadounidense disminuiría cerca de 10 por ciento. Y luego vendrían los ciberataques al sistema financiero de Estados Unidos, los apagones generalizados con el consecuente impacto en la industria y en todos los servicios.

¿Y cómo actuaría nuestro nuevo amigo de las vacunas Sputnik V? Sin duda Putin amenazaría a todos sus vecinos y apoyaría a China. Irán también participaría y el Medio Oriente se convertiría en otro frente de acciones contra Estados Unidos. Las consecuencias para Estados Unidos y sus aliados serían desastrosas. Por eso debemos observar con cuidado todos los posibles escenarios.

En un Informe especial reciente del Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York sobre Estados Unidos, China, Taiwán y la estrategia para prevenir la guerra, preparado por Robert Blackwill y Philip Zelikow, con un prefacio de Richard Haass. 

https://bit.ly/2ZaCTaY 

Se concluye que la relación entre Estados Unidos y China determinará el carácter de este siglo.

Ambos países procuran sus intereses y tratan, a la vez, de evitar una confrontación. Pero la rivalidad es creciente. Taiwán es el tema con mayor potencial para convertir esa rivalidad en un enfrentamiento directo. La paz de hoy es precaria en el Estrecho de Taiwán.

La situación es compleja: Estados Unidos disuade a China de usar la fuerza contra Taiwán. Beijing no está seguro de que Estados Unidos se mantendrá al margen frente a una agresión china. Estados Unidos disuade a Taiwán de buscar la independencia formal. Taipei no está seguro de que Estados Unidos los defendería si China los ataca.

La estabilidad es clave. Sin ella, Taiwán no podría prosperar. Paradójicamente, la inversión taiwanesa en China fue lo que ayudó a su desarrollo económico. Estados Unidos mantiene relaciones diplomáticas oficiales con China pero tiene una relación económica no oficial con Taiwán.

¿Se puede mantener todavía la estabilidad con este triángulo de paradojas? Xi Jinping es diferente. Es más agresivo. Militarizó el Mar de China Meridional. Atacó la frontera con India. Retó a Japón en las islas Senkaku. Castiga a los países que critiquen sus políticas.

¿Sabía usted que China tiene el segundo presupuesto militar más grande del mundo?

China tiene el segundo presupuesto militar más grande del mundo? Sin duda está preparada para el escenario de confrontación en Taiwán.

El informe del Consejo de Relaciones Exteriores nos presenta una estrategia para prevenir un conflicto en el Estrecho de Taiwán. Blackwill y Zelikow recomiendan que Estados Unidos:

a) Mantenga su política de “Una China”.

b) Coordine estrechamente la política de Taiwán con Japón y otros aliados asiáticos

c) apoye la posición de Taiwán en las organizaciones internacionales que no requieren la condición de estado para ser miembro

d) concluya un acuerdo comercial bilateral con Taiwán.

e) construya lazos de pueblo a pueblo con Taiwán.

La crisis es seria y México debería poner más atención. Debemos ver más allá de la diplomacia china de las vacunas. Las consecuencias de un conflicto entre Estados Unidos y China sería muy grave para nuestra economía, para nuestras relaciones con los países de Asia y para la relación con nuestros socios de América del Norte.