El comercio diario entre México-EU es de mil ochocientos millones de dólares

El Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, anunció ayer, en su cuenta de Twitter, que el lunes 1 de marzo se llevará a cabo, virtualmente, la primera reunión bilateral de los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y de los Estados Unidos, Joe Biden. Ebrard añadió que informará temas y participantes de ambos gobiernos. El Canciller de México anticipa que una nueva etapa de cooperación se inicia, con un diálogo que será productivo y positivo para ambas naciones.

Marcelo Ebrard

Para preparar esta cumbre, el Secretario de Estado Antony J. Blinken tuvo ayer dos encuentros virtuales, por separado: uno con el Secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, y el otro con la Secretaria de Economía, Tatiana Clouthier.

El objetivo era hablar sobre la colaboración continua entre los gobiernos de Estados Unidos y México para abordar temas de migración, gestionar preocupaciones medioambientales y de energía comunes, promover nuestra seguridad mutua y fortalecer las economías de los dos países en beneficio de nuestras empresas y trabajadores.

La frontera entre México y Estados Unidos tiene 55 puertos de entrada terrestres activos. Antes de platicar con Ebrard y Clouthier, Blinken escogió uno. Hizo un tour virtual del Paso del Norte, el cruce en la línea fronteriza entre Ciudad Juárez, Chihuahua y El Paso, Texas.

El comercio diario entre nuestros dos países es de mil ochocientos millones de dólares. Antes de la pandemia, cientos de miles de personas cruzaban legalmente la frontera todos los días. Cuando pensamos en el millón y medio de ciudadanos estadounidenses que viven en México, debemos advertir que nuestro país es un gran lugar para vivir y para visitar. México es el principal destino extranjero para los viajeros estadounidenses.

Hace unos días escribí en este sitio que México fue desplazado por China al segundo lugar como socio comercial de Estados Unidos. En 2020, el comercio bilateral ascendió a 538 mil millones de dólares. Una implementación eficaz del Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) deberá conducirnos a un crecimiento económico robusto en América del Norte.

Uno de los temas principales del diálogo bilateral es la migración. Escuchamos que México y Estados Unidos se coordinan estrechamente para gestionar la migración irregular y combatir la trata de personas. De hecho, el vocero del Departamento de Estado, Ned Price, se concentró en este tema cuando habló de los resultados de la visita.

México y Estados Unidos intentarán construir un enfoque regional integral de la migración y el desplazamiento forzado, que incluya abordar las causas fundamentales de la migración irregular, la gestión de la migración segura y humana y la ampliación del acceso a la protección, al tiempo que buscarán formas de colaborar con los socios regionales e internacionales para construir una región más próspera y segura.

Me queda claro por qué Blinken escogió hacer un viaje virtual a El Paso, a la frontera. La región fronteriza representa una población combinada de aproximadamente 15 millones de personas. Tiene vida propia. Ahí cooperan los funcionarios estatales y locales en infraestructura transfronteriza, agua, en planificación del transporte, seguridad, migración, recursos naturales, medio ambiente y salud.

No importa mucho lo que piensen los funcionarios en la Ciudad de México y en Washington, la vida y la actividad siguen en la frontera. Sus habitantes quisieran que fuera una frontera moderna, segura y eficiente.

Probablemente Blinken y Ebrard hablaron de la cooperación en seguridad y de la Iniciativa Mérida. Los dos países necesitan una alianza para combatir el crimen organizado transnacional y el tráfico de drogas. Proteger los derechos humanos y garantizar el estado de derecho debe ser prioritario.

Según cifras estadounidenses, desde 2008 hasta 2020, Estados Unidos ha asignado más de 3 mil 200 millones de dólares en equipo, capacitación y apoyo al desarrollo de capacidades a través de la Iniciativa Mérida. Así que, aunque no le guste al Presidente de México, es un instrumento real de la cooperación bilateral.

Antony Blinken es el Secretario de Estado que llega a su puesto con más experiencia en la institución. Al mismo tiempo, es un nuevo tipo de diplomático, joven. Su estilo es fresco, diferente a los diplomáticos tradicionales. Su padre fue Embajador en Hungría y banquero de inversión. Su madre fue enviada especial de la UNESCO para la diplomacia cultural. Tiene una formación académica extraordinaria en Harvard y Columbia.

Fue analista para CNN y escribió artículos de fondo en publicaciones especializadas. Es un hombre de alianzas. Ha estado en los diferentes lados de la mesa. Entiende perfectamente al Poder Legislativo. Estuvo seis años en el Senado, apoyando al Comité de Asuntos Exteriores. Entiende mejor al Poder Ejecutivo. Trabajó en los gobiernos de Clinton y Obama. Conoce el sector privado desde su consultoría WestExec Advisors. Habla francés perfecto y toca la guitarra.

Blinken es un hombre de alianzas internacionales, pero también de alianzas políticas internas. ¿Quiénes son sus aliados? ¿Con quién tiene lazos muy estrechos? Con Susan Rice, Directora del Consejo de Política Nacional; Jake Sullivan, Consejero de Seguridad Nacional; Avril Haines, Directora Nacional de Inteligencia; Tom Malinowski, Representante demócrata de Nueva Jersey. Su esposa, Evan Ryan, es ni más ni menos que la secretaria del gabinete de Joe Biden.

Hay analistas que sugieren que Antony Blinken podría ser visto como intervencionista. Cuando Blinken trabajó en el Consejo de Seguridad Nacional con el Presidente Obama, y cuando fue Subsecretario de Estado, abogó por una participación más sólida de Estados Unidos en el conflicto de Siria y, en particular, no estuvo de acuerdo con Biden, porque apoyó la intervención armada en Libia. Blinken era un colaborador cercano de Joe Biden cuando el entonces senador apoyó la invasión estadounidense de Irak en 2003. 

Blinken es de los que creen firmemente que “la diplomacia debe ser complementada por la disuasión" y que "la fuerza puede ser un complemento necesario para una diplomacia eficaz". En un ensayo publicado por Brookings en 2019, Blinken escribió con Robert Kagan: “En Siria, buscamos con razón evitar otro Irak al no hacer demasiado, pero cometimos el error opuesto de hacer muy poco ” https://brook.gs/37NYwT5 .

¿Qué tan intervencionista fue Blinken con México? ¿Qué significado tuvo la reunión? Sabemos muy poco del verdadero contenido de las conversaciones privadas.

Lo que sí sabemos es que el ambiente tecnológico fue positivo. El Secretario Ebrard reconoció las diversas iniciativas del Presidente Biden. Blinken demostró la importancia que Biden le atribuye a México y a la relación bilateral. Lo dijo muy claro:

“Es difícil pensar en una relación más importante, y dos países que están más entrelazados de tantas formas extraordinarias, que realmente tienen un destino compartido que nos corresponde a nosotros ayudar a avanzar”.

Marcelo Ebrard.

La Secretaria de Economía fue proactiva, espera fortalecer la relación entre México y Estados Unidos. Ve en el TMEC una gran herramienta para la recuperación post-COVID. Habló sobre las cadenas de suministro que han afectado no sólo al mundo sino también a nuestros países como resultado del COVID.

Al final del día, las noticias fueron buenas. Durante la visita se reafirmó la sólida asociación entre Estados Unidos y México y nuestra dedicación a trabajar para mejorar la seguridad y la prosperidad económica de nuestros pueblos.

Lo relevante es que el secretario Blinken enfatizó la necesidad de trabajar juntos en el esfuerzo climático global y abordar las preocupaciones energéticas. La mala noticia es que la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, ahora en el Senado, no ayudará en nada a este esfuerzo.

Blinken, Ebrard y Clouthier hicieron un buen trabajo preparatorio para la cumbre del lunes. Debemos estar muy atentos al encuentro AMLO-Joe Biden.