En los últimos ocho meses en México, han ocurrido cinco mil 125 sismos; de ellos únicamente 13 fueron mayores de  5.5 grados Richter. Es importante señalar que hace 29 años (el 19 de septiembre), un movimiento de 8.1  grados, dejó entre   10 mil y 15 mil  personas muertas  (nunca hubo  cifra  oficial) y la destrucción de 30 mil inmuebles, entre ellos algunos muy importantes como edificios de viviendas y hospitales.

Hace un año ocurrieron los huracanes  Ingrid y Manuel. Azotaron varias entidades en el Pacífico, especialmente   Guerrero. Hubo algunas reconstrucciones muy cuestionables, como  La Pintada, ello porque un político cuyo hijo trabaja con el gobernador de esa entidad (Ángel Aguirre) movió sus influencias y los trabajos se aceleraron. Pero los pobladores que quejan de las obras.

José Carlos Ramírez Marín, titular de Sedatu, dijo que en  tres  meses se darían los resultados de la investigación. Ahora señala que pronto se dirá lo que ocurrió, aunque señala que hubo omisión de los tres niveles de gobierno: municipal, estatal y federal, por lo que  existirán sanciones. Y Sedesol, se compromete a arreglar viviendas entregadas a indígenas de aquellas afectaciones, ya que se hicieron con negligencia y descuido.

Al darnos cuenta de los desastres en Baja California por el huracán Odile, amén de los saqueos en los supermercados y las guardias civiles que se movilizaron para evitar robos en sus poblaciones, uno colige que ocurrió lo de siempre: falta de previsión, ausencia de autoridad para organizar a la población, nula ayuda de la burocracia y  anarquía.

Una vez más   se pide auxilio a la población ya que  los gobiernos no atinan a  solucionar el problema. México es un país con muchas carencias, vulnerabilidades y problemas. Aunque lo que sucede hace decenios es lo mismo: lejos de salvar al niño,  se tapa el pozo. ¿Hasta cuándo?

jamelendez44@gmail.com

@jamelendez44