“La historia se repite, primero como una tragedia, y luego como una farsa”. Karl Marx

Aunque Herodoto, padre de la Historia —así con mayúscula— aseveraba que esta NO es cíclica, observando lo sucesos que acontecen en el país y en los que intervienen distintos miembros de los gobiernos actuales, uno podría pensar que la historia sí lo es. Si no, cuando menos tendríamos que coincidir con Marx, uno de los filósofos de cabecera de Yeidckol Polevnsky. Algunos ejemplos:

Contingencia en la CDMX

Tal vez, el más sonado. Bastó que Claudia Sheinbaum dijera que la administración pasada no había dejado ningún protocolo en marcha para atender este tipo de contingencias, para que las redes le contestaran. 

Cierto, en la administración pasada inmediata (Mancera) no sabemos qué pasó, pero en las administraciones anteriores, trabajaron muchos funcionarios —empezando por la propia Claudia, secretaria de medio ambiente con Andrés Manuel como jefe de gobierno (2000-2006) — que vuelven a formar hoy parte de las autoridades federal y local.

¿Ella tampoco dejó ningún protocolo que se pueda recuperar?, ¿no guardó una copia?, ¿no heredó —como es por ley— el trabajo realizado a Martha Delgado (2006-2012) —quien, por cierto, hoy también forma parte de Morena? Eso sin olvidar que el antecesor de Mancera (1996-2000) fue el hoy subsecretario de gobernación Alejandro Encinas.

¿Por qué ninguno señaló el faltante de dichos protocolos? o ¿por qué en estos cinco meses no los desempolvaron?

Un tuit a Tlaloc

Los tuits tienen más actualidad que nuestra memoria. Bastó uno de la actual jefa de gobierno, donde increpaba al gobierno de la ciudad de la siguiente manera: “6 días de Contingencia. Partículas en más de 110 Imecas. Autoridades esperando que Tláloc les ayude. Urge política ambiental en CDMX”. Este fue escrito el 21 de mayo de 2017.

Así, la política ambiental sigue urgiendo, y más ahora. Y, sí, por lo visto, ella también se encomendó a Tlaloc y aunque llovió un poco, la contingencia continúa en nuestra monstruosa capital.

CFE Tabasco

Esta semana, el gobierno federal condonó una deuda de 11 mil millones de pesos a los deudores de la CFE en Tabasco. Dicha deuda inició hace más de 20 primaveras como parte de las acciones de protesta encabezadas por Andrés Manuel.

Fue tal el tamaño de problema que se generó en aquel entonces, que el macuspano acudió a Ciudad de México a dialogar con el secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma. No llegaron a ningún acuerdo; los tabasqueños siguieron sin pagar durante 25 largos años y hoy los personajes vuelven a trabajar de manera conjunta...

Cabe señalar que condonar una deuda implica que “alguien” deberá pagarla. Ese “alguien” son los que cumplimos rigurosamente con nuestros impuestos y liquidando los recibos de luz. Y por si hubiese alguna duda, para mayor señalamiento de que los tabasqueños son consentidos (y compatriotas estatales de AMLO), ellos pagarán la luz con subsidio…

A todo esto, lo que inició Andrés Manuel hace 25 años y hoy pone “final” con la condonación de esa deuda, le puede retornar en problemas de pago de muchos mexicanos y por ende, vulnerar su administración a través de ingresos. Es observación, no amenaza ni llamado a la desobediencia civil, que conste.

Otras historias que pueden retornar

Sin lugar a dudas, la Ciudad de México carece de un sistema de transporte público, rápido, barato y eficiente. En parte se debe a la nula inversión en el Sistema Colectivo Metro. La razón es sencilla, es muy cara su realización (no su mantenimiento) y no se ve (no es lucidora), al ser subterráneo. A excepción de Ebrard, ni Andrés Manuel, ni Mancera invirtieron un peso en el Metro.

Eso sí hubiera reducido los niveles de contaminación y también hubiera mejorado notablemente el transporte público. Hoy, si la jefa de Gobierno se queja de la falta de buen transporte público (con razón) y culpa a las administraciones pasadas, deberá recordar que ella estuvo en una de ellas con Andrés Manuel y que Marcelo Ebrard capitaneó la otra.

Tampoco podrá decir nada de los segundos pisos del “Periférico”, pues tanto López Obrador como Ebrard invirtieron en ellos. Sí, en tales obras de AMLO, Claudia las coordinó; y en las de Ebrard se cobra al automovilista por usarlos. Y no, no me estoy quejando de ellos. De hecho, ayudan al tráfico de la ciudad, pero mejor inversión hubiera sido construir más kilómetros de vías para el Metro.

Por cierto, la compra equivocada de los vagones y la diferencia entre las ruedas y el ancho de los rieles hizo que la Línea 12 de Ebrard se convirtiera en un elefante blanco. 

La historia ¿se repite?

La historia NO se repite, pero los funcionarios de hoy sí. Deberían recordar con humildad y con afán de mejora que ya lo fueron en otros tiempos, y que parte de lo que hoy se quejan, farfullan, se lo deben básicamente a ellos mismos.

La vida de un país no se inicia cada seis o tres años. Se debe utilizar lo que ya existe, mejorarlo y sólo con conocimiento, saber si se destruye, se sostiene o se transforma. Culpar de todo al pasado, puede volverse un balazo en el pie.

No se ría demasiado la oposición. Enrique Ochoa, hoy diputado federal antes director de la CFE, no podrá quejarse mucho tampoco. Y lo mismo aplica para otros notables de la oposición. 

Así, para que esto no termine como un tango o sigamos repitiendo errores, se solicita atentamente a los políticos y a los funcionarios públicos que, si hoy critican, chequen si no es resultado de su propio hacer y deshacer. Pónganse todos a trabajar, dejen el pasado donde está; de lo contrario, sus viejos tuits serán usados en su contra.