Lo reñido de las elecciones en el Estado de México y Coahuila, y el porcentaje de votos que obtuvieron los candidatos que alcanzaron el triunfo, volvieron a poner sobre la mesa de debate las ventajas y desventajas que tendría establecer la segunda vuelta electoral en México, así como la figura de los gobiernos de coalición.

El objetivo de la segunda vuelta electoral, consiste en garantizar la gobernabilidad, la legitimidad y mejorar la calidad de nuestra democracia, que son condiciones para el desarrollo de nuestro país.

La historia reciente nos ha enseñado la inconveniencia de contar con gobernantes debilitados y sin legitimidad, por causa de un triunfo electoral sin mayoría absoluta y que no resulta satisfactorio para la mayoría, provocando desintegración y conflictos en muchas ocasiones.

Recordemos la elección presidencial del año 2006, en donde el panista Felipe Calderón Hinojosa, de acuerdo a los resultados oficiales, alcanzó la presidencia con una diferencia de 0.56 por ciento, lo que provocó una serie de acciones de resistencia civil pacífica y contra el fraude por el candidato de la Coalición “Por el Bien de Todos”, integrada por el PRD, PT y Convergencia, Andrés Manuel López Obrador.

Para resolver ese problema, muchas sociedades han establecido, con éxito, la segunda vuelta. La experiencia de esta figura como mecanismo que genera gobernabilidad y legitimación se acredita con éxito en Francia, Costa Rica, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, entre otros países.

Los franceses eligieron a su presidente en la segunda vuelta electoral, en donde el centrista proeuropeo Emmanuel Macron, de 39 años, obtuvo el triunfo, siendo el mandatario más joven en la historia del país. 

Macron, quien en campaña prometió luchar contra el miedo y las divisiones, ganó la elección presidencial tras derrotar a la candidata de la extrema derecha Marine Le Pen, con un 65 por ciento de los votos contra un 35 por ciento.

De establecerse la segunda vuelta en México, lo que ocurriría sería muy sencillo: si ningún candidato alcanza la mayoría absoluta, entonces los dos candidatos con mayor votación se presentan a una segunda ronda, para que los ciudadanos decidan quién de ellos alcanza el puesto de elección popular.

Con la segunda vuelta, se tendría la ventaja de que el ganador finalmente alcanza una mayoría absoluta y con ello, desarrollar un gobierno con una amplia legitimidad social y política.

Paralela a la segunda vuelta electoral, resalta la figura de los gobiernos de coalición, que permite la construcción de mayorías para fortalecer la gobernabilidad democrática, se amplían los márgenes de consenso y se otorgan elementos para el equilibrio y diálogo entre Poderes.

La figura de Gobierno de Coalición, coadyuva a contar con un Gabinete más eficiente y profesional, ya que será el Poder Legislativo quien ratifique los nombramientos de los Secretarios de Despacho.

En síntesis, en México la pluralidad llegó para quedarse, y con dificultad un solo partido puede alcanzar la victoria, por ello la importancia de estas figuras que permitirían a los gobiernos alcanzar mayor legitimidad.