A raíz de la publicación de los resultados de la evaluación de desempeño de los Directivos de Educación Básica en todo el país, por parte de la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente (SEP-CGSPD), resulta interesante examinar los datos que arroja la estadística de ese ejercicio aplicado recientemente, conforme a la ley, por la Secretaría de Educación Pública (SEP), así como compartir algunos comentarios sobre el papel que juega la Gestión Directiva en la Escuela Pública, como fenómeno inherente al cambio educativo en México, (tomo como referencia la estadística publicada, 2015-2016).

De acuerdo con los resultados que se publican en el sitio oficial de la SEP-CGSPD (1), de los 4 mil 066 directores y directoras que fueron convocados a participar en esta evaluación, 2 mil 345 (57.67 por ciento), obtuvieron alguna de las tres categorías de "permanencia": 1038 en suficiente (25.53 por ciento); 1073 (26.39 por ciento) en bueno; y 234 participantes (5.76 por ciento) en destacado, a nivel nacional.

Según la SEP, un total de 800 directivos (19.68 por ciento) de Educación Básica (Preescolar, Primaria y Secundaria) resultaron en la categoría de "insuficiente", lo cual pone en riesgo su permanencia en el puesto, según la ley. Mientras que 921 directores (22.65 por ciento) no se presentaron a esta evaluación, es decir, no atendieron a la convocatoria. Al revisar los datos del ciclo 2016-2017, el porcentaje de directores con desempeño “insuficiente”, también se mantuvo en alrededor del 20 por ciento. (Cabe mencionar que aún quedan pendientes los datos de la estadística correspondiente a la más reciente aplicación, en diciembre de 2017).

¿Qué significan estos datos, en términos del papel que juegan los directivos escolares en el Sistema Educativo Nacional? Si consideramos que la "calidad" de la educación escolarizada no sólo descansa en el desempeño de los docentes frente a grupo, sino también y en especial, ello depende del trabajo que realizan cotidianamente los directivos escolares, entonces podemos concluir que estos datos representan un indicador importante para dimensionar los avances que se han alcanzado o no, en los procesos institucionales orientados hacia el cambio educativo, en términos de aprendizajes (logro académico y “competencias” para la vida).

Actualmente, por indicación técnica del INEE, la evaluación del desempeño de directivos consta de 3 etapas. En la primera, el propósito es: “Obtener información acerca del cumplimiento de las responsabilidades profesionales del director, de sus procesos de aprendizaje y mejora permanente en el ejercicio de su función, así como de su colaboración en el trabajo de la escuela y de la zona escolar. ¿Cómo se evalúa? A través de dos cuestionarios estandarizados, autoadministrables y suministrados en línea. Uno lo responde la autoridad inmediata superior y el otro el director…” En la segunda etapa, se trata de: “Identificar las habilidades de liderazgo, gestión y reflexión del director orientadas a la mejora escolar y a que todos los alumnos aprendan. ¿Cómo se evalúa? A través de un instrumento de evaluación de respuesta construida, autoadministrable y gestionado en línea. Implica la elaboración de un plan de trabajo, su desarrollo, así como la selección de evidencias para elaborar un texto sobre su gestión directiva; y se compone de tres momentos: 1. Elaboración de un Plan de trabajo de gestión. 2. Desarrollo del Plan de trabajo de gestión. 3. Análisis y reflexión de su gestión directiva.” Finalmente, la etapa tres tiene el propósito de: “Identificar los conocimientos y las habilidades del director para propiciar la mejora de las prácticas de los docentes y del funcionamiento de la escuela. ¿Cómo se evalúa? A través de un instrumento estandarizado y autoadministrable de opción múltiple, diferenciado por función y nivel educativo. Los principales aspectos a evaluar son: conocimientos de la función, acciones de intervención, reflexión de su práctica, aplicación de la normatividad y trabajo colaborativo. Se presenta en una sede y se aplica en línea. El tiempo estimado de resolución es de cuatro horas.” (2)

Es significativo observar el dato sobre los directivos ubicados en zona de "permanencia" (o también considerados “idóneos” para desempeñarse en el puesto), pues casi 60 de cada 100, en números relativos redondos, se encuentra en ese rango, aun si se suman las cifras de los no participantes. Hecho que nos proporciona una idea acerca de quiénes, como directivos escolares, están profesionalmente preparados, permanentemente actualizados y comprometidos con la educación de los niños, las niñas y los jóvenes de nuestro país.  Sin embargo, cabe preguntar: ¿Y los otros 40 de cada 100 que no están en ese grupo? Ya sea porque resultaron con nivel de desempeño “insuficiente” o no se presentaron ¿Qué opciones tienen de recibir retroalimentación y qué alternativas se les ofrecen, institucionalmente, para que se capaciten y actualicen de inmediato, para cumplir así con su función como directivos de escuela?

La lectura de estos resultados, así mismo, no está ajena a varios factores o variables que nos llevan a reconsiderar la interpretación de los mismos: la necesidad de dotar de más programas de capacitación y actualización oportunos y pertinentes para directores; alcanzar la autonomía de gestión directiva (relativa), en virtud de las condicionantes que enfrentan los directivos escolares, y que genera el propio sistema educativo (por ejemplo, los directores no pueden seleccionar a los docentes que forman parte de su equipo, ni puede dar de baja a ningún maestro que no cumpla con sus labores, sin la autorización correspondiente); y reactivar programas para promover la participación de padres y madres de familia, entre otros aspectos.

Las directoras de la Educación Preescolar (2013)

Según los indicadores del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), la situación, en 2013, de este grupo de profesionales era el siguiente: “El 88.1% de las directoras eran mujeres y en su mayoría (60.6%) tenían entre 31 y 49 años de edad. Sus rasgos profesionales muestran que 70.1% contaba con una licenciatura o posgrado y 15.1% cursó estudios de Normal Básica. Se registró que 51.4% estaba acreditada en la licenciatura de preescolar, mientras que 26.3% acreditó tener estudios de Normal Básica, en la enseñanza de preescolar, lo cual muestra que casi ocho de cada diez directores es especialista en el nivel. Asimismo, 57.5% de las directoras de preescolar tenía que hacerse cargo de un grupo además de las labores administrativas y de gestión, y sólo 31.7% estaba incorporado a Carrera Magisterial. Los directores de los preescolares privados sólo se distinguen de las escuelas públicas de los diferentes estratos en tres rubros: sólo 34% está acreditado con la licenciatura en preescolar, un número reducido asume tareas frente a grupo (23.1%) y también se identifica el menor porcentaje, sólo 22.8%, de quienes han tenido durante dos años o menos la dirección de la escuela en la misma institución.”

Los directores de Educación Primaria (2015)

“En el país 10.8% de los directores de Educación Primaria eran jóvenes con edades de 20 a 29 años y 37.9% estaban cercanos a la jubilación pues tenían 50 años o más. Eran varones 56.8%, 5.9% aprendieron a hablar primero una lengua indígena y 26.6% se consideraban indígenas. La mayoría, 85%, tenía al menos estudios de licenciatura y 13.8% señalaba contar con estudios de Educación Normal; 45.1% eran directores con grupo, 8.3% habla la lengua indígena de la comunidad donde se ubica la escuela; 14.2% tenía menos de un año en la función de director, mientras que 12.4% tenía más de 20 años como director. A su vez, 22.6% tenía menos de un año a cargo de la escuela en donde fue encuestado, 69.3% de los directores ha tenido a su cargo máximo dos escuelas y 5.8% de los directores ha estado en cinco escuelas o más; comúnmente 92.2% sólo trabajan un turno, 19.6% tiene otro empleo remunerado y 56.1% está incorporado en un programa de estímulos, como Carrera Magisterial; 82.1% de los directores dijeron contar con su plantilla de docenes completa; sólo 26.6% cuentan con personal capacitado para atender alumnos discapacitados o que requieren educación especial. En 85% de las escuelas no se suspendió ningún día de clase de manera no oficial en el mes anterior a la aplicación de la encuesta y durante el ciclo escolar en 72.6% de las escuelas no se registró ningún movimiento docente, pero llama la atención que en 24.8% de las escuelas uno o más docentes hayan dejado de laborar en las escuelas.”

Las políticas públicas nacionales realmente orientadas a elevar la “calidad”, con equidad, de la educación en México, habrán de redoblar los esfuerzos financieros, técnicos, materiales y humanos en el corto y mediano plazos, a efecto de favorecer la profesionalización permanente de los directivos de la Educación Básica (cuya formación de base o de origen es como docentes), sobre todo por el hecho de que, a pesar del sistema, éstos se ubican, en su mayoría, en un aceptable nivel de desempeño, y porque los avances y las responsabilidades en términos de aprendizajes escolares no se pueden dejar, -insisto-, sólo en la cancha de los docentes frente a grupo.

Más allá de la disputa política por la Reforma Educativa en esta coyuntura electoral 2018, es importante que las autoridades tomen cartas en el asunto y pongan mayor atención (y revaloren) a los responsables de la Gestión Directiva, que es un sector clave de la educación obligatoria en México.

(1) http://servicioprofesionaldocente.sep.gob.mx/ba/permanenciadirectores/estadisticas/

(2) Evaluación del Desempeño Director de Educación Básica. Ciclo escolar 2017-2018. http://servicioprofesionaldocente.sep.gob.mx/content/general/docs/2017/info_director_eb.pdf

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