México se ha convertido en el país adverso de Donald Trump, es el mejor receptor de las mentiras fabricadas por la cadena CNN, pareciera que están de acuerdo en jugar el juego de los Demócratas al posicionarse en el bando de la resistencia. Pero, ¿sabrán lo que están haciendo?, pienso que no. No se han percatado del momento histórico ni del gran movimiento social  que el pueblo estadounidense inició junto a D. Trump.

El partido demócrata lleva décadas cometiendo todo tipo de prácticas corruptas, los Clinton crearon un grupo poderoso de personas que se fueron adueñando poco a poco de las instituciones, de los medios de comunicación y de las universidades, y con la llegada de Obama, todo se convirtió en un desplegado enorme de corrupción inaudita, tan grande, que se percibía casi imposible de tumbar; aun así la ciudadanía se dio una oportunidad con D. Trump, decidieron empujar su candidatura, salieron los que ya no votaban, los dormidos, los resignados, y volvieron a creer. D. Trump les regresó la confianza en sus leyes, en su Constitución y en su sistema pisoteado y corrompido por los demócratas. Se antojaba harto difícil pero el pueblo tuvo fe, y fue la fe y el empeño de la unión ciudadana que se logró el triunfo tan deseado. Se dejó la zalea en el intento y se triunfó contra todo, contra todos, y en especial, contra los medios, ese sector que los Clinton empoderaron para sobrevivir.

Desde hace décadas los medios de comunicación estadounidenses se hicieron de izquierda, en esencia después de los 70’s por la onda hippie y Vietnam. Desde entonces los medios (televisivos y periódicos) son del partido demócrata, la radio permaneció fiel a la derecha republicana, creció y se superó así misma con elementos (radio hosts) extraordinarios. Gracias a los medios televisivos e impresos los demócratas crearon un bastión difícil de derrocar, pero llegó un espartano, un guerrero, un despiadado gladiador que sin temor alguno emprendió desde su primer día de campaña una cruzada de desprestigio contra los Clinton, el partido demócrata y los medios.

La cadena CNN mintió durante toda la campaña sin pudor alguno, el mismo día de la inauguración presidencial enviaron escenas televisivas al mundo entero con la plaza casi vacía, poco les importó que por internet se viera completamente llena, y ese día supe que serían atroces y que no simplemente no bajarían la guardia, sino que serían capaces de lo que fuera con tal de golpear al nuevo presidente “anti-sistema”.

Desde el primer día de la presidencia, D.Trump no ha hecho otra cosa más que desmantelar todo lo que hizo Obama, un fracasado, un pobre diablo ignorante, un organizador comunitario inexperto en política e inculto que llegó a la Casa Blanca con el poder de los Clinton y los medios, mismos que guardaron celosamente sus documentos curriculares, que no han estado a la vista de nadie, ninguno conoce las calificaciones de Obama en Harvard, quizá ni terminó la carrera como muchos suponen.

D. Trump lleva 24 órdenes ejecutivas, 20 proclamaciones  y 22 memorándums presidenciales, más trabajo presidencial que ningún otro presidente en los últimos 50 años en apenas cien días en la presidencia. Restableció el crecimiento del empleo al desregular los absurdos de Obama en materia de negocios medianos y pequeños. Tumbó el Obamacare, sí, ese servicio médico chafa al peor estilo ISSSTTE o de salubridad, destruyendo al mejor servicio médico del mundo. Detuvo a las empresas estadounidenses de salir de USA y obligó a que otras regresaran. Elevó como nunca en apenas tres meses el empleo después de diez años de desempleo. Pero lo más maravilloso, es que está desmantelando los medios de izquierda, está demoliendo su conducta corrupta, manipuladora y arbitraria.  D. Trump está abriendo un boquete del cual no podrán sanar, y con la ayuda de Fox News, está siendo posible. Estamos presenciando ante nosotros el derrumbe de dos imperios: el de los medios y el del partido demócrata que crearon los Clinton. No hay día que D.Trump no les dé un llegue, una punta pie, una zancadilla, los vuelve locos, los hace enfurecer, pierden la cabeza, pierden las palabras y sólo les queda la mentira como único recurso para despotricar contra este espartano que está dispuesto a acabar con ellos. Lo odian, dicen que lo mandarán al impeachment pero no lo hacen porque no tienen elementos para hacerlo, no tienen nada más que mentiras en las manos.  

México se involucró con este juego sucio, está perdiendo mucho frente a los ojos de D. Trump y su ciudadanía, él sabe que México se posicionó en el bando de los enemigos, porque además, los periodistas y líderes de opinión así como analistas mexicanos, no han tenido el menor empacho en cacarear las mentiras de CNN, no solo las toman como verdades, las convierten en estandarte y golpean a D.Trump hasta con enjundia. Sólo un tonto como Leo Zuckermann desde su programa se atreve a decir que “D. Trump se pone a ver televisión en la tarde ya con su bata puesta y que no hace nada, toda la tarde sentado en un sillón”, el pobre comentócrata cree que un hombre que tiene una nómina de 34 mil empleados y 550 negocios los hizo sentado frente a un televisor. Zuckermann no sólo pierde perspectiva, sino todo sentido común de un hombre que en su campaña visitó hasta tres ciudades en un solo día, no sólo se veía entero como un roble, sino que a sus 70 años no se le veía cansado, ni hablaba cansado, al contrario, con mucha enjundia. Todo el mundo se preguntaba, ¿de dónde saca tanta energía? Sólo un tonto que no puede armar lo que se ve a simple vista, cae en la mentira. Un tonto no tiene juicio crítico de lo que brinca a la vista. Quien no pueda determinar la conducta de D.Trump como una persona hiperactiva es porque la idea que tiene en la mente es otra, sí, la de sumarse a la diatriba para destruirlo, ¿con qué objetivo?, ¿por envidia?, o ¿de salvar a la patria por sus comentarios anti-mexicanos?, ¿de defender lo indefendible?,  ¿cómo se defiende a un país ante las duras verdades que propina D.Trump y que crean racismo contra el mexicano? Con honestidad, con la misma verdad que usa D. Trump para defender a su país, con la misma honestidad que él usa  contra la corrupción. Los mexicanos inteligentes se unen a D. Trump para acabar con los narcos, el narco, el crimen, la corrupción, el robo, etc., sólo los tontos se colocan en el bando contrario, al final del día terminan reafirmando lo que critica, se redefinen y se reafirman frente a él, terminan siendo lo qué él dice que son. A la patria no se le defiende pisoteando otra patria. Los comentócratas no defienden nada, no son nadie, no son personas con respeto ni por ellos mismos. Flaco favor le hacen a México con sus diatribas.

Estamos frente a futuros juicios que dejarán huella histórica en los EEUU. Michael Flynn, el general que descubrió que Obama y Hillary Clinton armaban a ISIS, tarde que temprano será llamado ante la justicia para atestiguarlo. Tenemos a un James Comey como el principal obstructor de la verdad, el director del FBI que bloqueó toda investigación sobre los emails de Hillary y la información clasificada de Benghazi borrada. James Comey es el hombre que está detrás de Susan Rice, Loretta Lynch y Sally Yates protegiéndolas. James Comey es el que niega que los rusos lograron entrar al servidor del partido demócrata, robaron la información y la publicaron en WikiLeaks, fueron los rusos los que desenmascararon a los demócratas con ayuda del mismo personal interno, el asesinado Seith Rich. Nada de esto tiene que ver Trump y ellos lo saben. Estén atentos al libro SHATTERED. 

Hay un sinfín de personalidades del mundo de la política que veremos como en pasarela pero en la alfombra roja de los recintos judiciales. Eso es lo que hoy está en juego, y México hará el ridículo junto con ellos.  

Tere Quezada es maestra de inglés como Segunda Lengua con una sub especialidad en Fonética y un minor en Historia Asiática Comparada e Historia Constitucional de los Estados Unidos de Norteamérica por la Universidad del Estado de California.