Nunca debemos confiar en personas que desean cambiar a otros bajo tiranía disimulada, buscan responsables de sus frustraciones y, al no encontrarlas, se convierten en víctimas en automático. Alexander Solzhenitsyn dijo que todo ser humano conoce la delgada línea entre el bien y el mal, o como lo dijo John Stuart Mill: si no deseas llevar el mundo a la destrucción, debes reparar el dolor que llevas en el alma para poder confrontar la maldad que reside en tu propio corazón. El marxismo busca cambiar a los demás bajo falsas ideas sobre el bien, y utiliza a la tiranía disfrazada bajo el nombre de “socialismo”, ninguna ideología jamás ha llevado a la muerte a cientos de millones de personas como el marxismo. Pero el marxismo, que es una expresión de la maldad humana bellamente escrita, sigue existiendo hoy en las sociedades modernas, parece que toma sus recesos y luego resurge con fuerza. La Ciudad de México se mueve bajo esta ideología, ya muy bien alojada en la cultura social y cultural de la gente. La destrucción de la ciudad de México tiene que ver con esta idea socialista/marxista que con cualquier otra forma de vida.
Vayamos aterrizando.
El imponer una serie de sanciones del orden público contra los fumadores viola los derechos individuales de las personas cuando estas disposiciones atentan contra su integridad como el poner fotografías de enfermos de cáncer, u órganos en descomposición en las cajetillas de cigarros que provocan asco o sentimientos repulsivos; el fumar es un hábito que debe verse como un derecho individual, y aunque dañe la salud, simplemente debe de entenderse que es una práctica muy personal que no repercute fuertemente en daño a ”terceros”, al menos no de manera pública. Para evitar que dañe las políticas públicas se les debe excluir de los servicios de salud gratuitos, y obligar los espacios libres de humo, pero el Estado no tiene derecho de decirle a nadie que deje de fumar o comer porque el Estado no es el papá ni la mamá de la sociedad, y es en ese justo terreno donde el Estado se convierte en tirano con ciertos sectores de la sociedad sólo porque puede imponer su criterio. Es la libertad individual la que hace que una sociedad sea feliz, productiva y funcional. Debemos tener un equilibrio sano entre las leyes que generan orden y las que limitan las libertades individuales pero cuando el Estado es dirigido por marxistas, hay una especie de socialismo sociópata donde unos se imponen a los otros.
La comediante Sofía Niño de Rivera creyó, o pensó, que ella a través de un vídeo podía acusar, incriminar o inculpar a Martha Debayle por haber fumado en la cabina de su propio programa de radio. La comediante se sintió con el derecho de denunciarla vía red social, porque según ella, Martha Debayle no la respetó, y además se atrevió a fumar delante de ella y de la amiga embarazada que iba con ella. Para Sofía no significó nada que esa cabina fuera el espacio de Martha Debayle, y tampoco significó nada que ese programa fuera el de Martha Debayle, para Sofía lo único que importó es que, la locutora se atrevió a fumar en su presencia. ¡Cómo es que fue tan atrevida si la señorita no fuma y la embarazada menos!
Sofía buscó a Martha Debayle para hacer promoción sobre una nueva organización que ella o su prima dirige llamada “Re-inserta”, algo así, la cosa es que ni el propósito de la visita ni la misma organización social que ella representa fueron tan importantes como el momento en que Martha Debayle se atrevió a sacar el cigarrillo atentando contra la vida de Sofía y de la amiga embarazada. Porque para Sofía la mala educación de Martha Debayle y sus comentarios fueron de más agravio que el beneficio mismo que el programa de Martha hubiera podido proporcionarle a la organización, así que la comediante decidió denunciar a Martha por la red social . El programa de Martha Debayle tiene un público de un mejor nivel educativo y con más ingreso, es un público más estudiado y productivo, y por lo mismo, hubiera podido aportarle un buen ingreso económico a la organización de Sofía, digo, si de financiamiento se trataba.
Martha Debayle ha hecho de su programa un gran programa, se ha interesado por el crecimiento personal, por el desarrollo intelectual, psicológico y emocional de las personas. Es un programa que aporta muchísimo a cualquier persona que desea moverse hacia delante y no quedarse estancado en temas multidisciplinarios. Sin embargo, Sofía buscó posicionarla por la red social como grosera, mal educada, hipócrita y frívola. Quizá lo sea pero hasta donde tengo entendido Sofía fue quien buscó a Martha para la difusión de la organización y terminó denunciando a Martha. Eso aquí y en China se llama ser ojete. ¿Tenía derecho Sofía de denunciarla por fumadora? No, no lo tenía. Y tan no tenía derecho que terminó actuando como socialista sociópata. Porque la comediante cree que las personas, quienes sean, deben de atenderla a la hora que ella quiera, como ella lo quiera, bajo las condiciones que ella quiera y apegándose a los lineamientos de su vida; cualesquiera que estos sean. Sólo que se le olvidó un pequeño detalle a la comediante: que la carrera de Martha Debayle es infinitamente mucho mejor y de más valía que la trayectoria de risa de la comediante mediocre. Para que Sofía Niño de Rivera le llegue a Martha Debayle a los talones le falta un buen, y en la vida de la meritocracia hay niveles y muy altos.
El socialismo sociópata, tiene como base fundamental el nihilismo, los (marxistas) socialistas son nihilistas por naturaleza, ya que en el nombre del bien mayor destruyen lo que pueden. Sienten que deben decirle a la gente qué comer, que no comer y hasta qué decir. Basta ver el tamaño de la carpeta asfáltica de la ciudad de México para comprender que hubo un sector del poder a quien no le interesó el ecosistema, ni mantener árboles, muchos menos parques, sólo una depredación grotesca de la ciudad en el nombre del socialismo (marxistas con treinta años en el poder), y lo que se hicieron fue imponer una tiranía a dónde NADIE tuviera acceso a beneficios como al aire limpio, a los árboles, a los parques, al agua, por el contrario, son castigados en todo, no tienen acceso a nada bueno porque no se trabaja para lo bueno, los nihilistas no pueden trabajar para lo bueno, atacan hasta las pequeñas libertades como el fumar, o el quitarles la sal a la hora de comer porque ellos dictan que así deben comer (vivir).
Hay sociópatas funcionales llamados socialistas que usan el pretexto del bien común para imponer su modo de vida. Así como Sofía. El respeto irrestricto a las libertades de los otros y el bien común libre del egoísmo no encaja en su modus operandi, ellos funcionan desde la crítica burlesca y la imposición, todo lo demás que se resista, debe ser pasado por el juicio colectivo desprovisto de toda ética y moral.
Tere Quezada es maestra de inglés como Segunda Lengua con una sub especialidad en Fonética y un minor en Historia Asiática Comparada e Historia Constitucional de los Estados Unidos de Norteamérica por la Universidad del Estado de California.