Andar por el camino de las historietas-libros, con Rius, es caminar por los pasillos de la lectura, pero es una forma diferente de practicar la lectura porque el rumbo del pueblo elegido por Rius, es el del humor, el sarcasmo, la parodia.  Es una suerte de invención mediante el ejercicio de renombrar lo innombrable: El PRI que se convierte en “RIP”... El charro, que es al mismo tiempo líder sindical... El mariachi y la señora de reboso que acompañan al presidente municipal. Y en fin, un desfile de personajes y narraciones populares en sentido de contracultura.

Con su estilo irreverente y sensato, y con una manera singular de lograr la argumentación, Rius se aleja de lo intelectual, de lo erudito, de lo complejo o indescifrable… prefiere acercarse al lector a través de exposiciones sencillas, ilustradas con monitos, fotos y textos manuscritos, producto del estudio, de la búsqueda.  

En las historietas-libros de Rius se asoma claramente una toma de posición, con imaginación y descaro, a través de la recuperación de las versiones de boca en boca, de voz en voz, desde abajo. Ahí donde el texto no es lenguaje monótono, sino que está acompañado con recortes, ilustraciones, fotos, dibujos, globitos de palabras, reflexiones, diálogos, caricaturas… Donde hay “collage” con intención y creatividad… La obra en Rius es una nueva enciclopedia ilustrada del siglo XX y principios del XXI. Es invitación constante a  la lectura incómoda y a la contra corriente de la cultura dominante…

Es un provocador que en cada libro genera una revolución, una invitación a pensar, a criticar, a reflexionar, a sentirse parte de la historia o a escuchar una versión distinta de los hechos; a incursionar en las historias no contadas. Rius es la contra hegemonía, el humor metido en las leyendas, en las ideologías, en las instituciones, en la política, en las religiones…

Rius representa no sólo al gremio “monero” de los últimos 60 años, sino que también es símbolo de toda una generación como lo hicieron, en su tiempo, Alberto Beltrán en EL Día, o José Guadalupe Posada en El Jicote. Pero también es signo de la irreverencia contemporánea de los Jorge Ibargüengoitia, los Chava Flores, los Carlos Monsiváis, de Joaquín Sabina, de Molotov, de Café Tacuba, de Chavela Vargas, de Rockdrigo González…

El maestro Rius es un gigante, como el Gabriel Vargas de “La Familia Burrón” y muchos otros de su generación. A través de los Agachados, el autor conversa con la gente de la calle, con el taxista, el bolero, el voceador, las amas de casa, los maestros, el licenciado, el futbolista, la mesera… Con “Mis Supermachos”, retrata la vida política, los fracasos del sistema, las injusticias y la corrupción, que no es tan reciente como algunos creen… En sus estudios y documentaciones usa una narrativa  no lineal, comentada, testimonial, con crítica ácida y pretensiones pedagógicas…

Andar con Rius es, pues, caminar a contra el estado de cosas, es hacer una lectura subversiva, es practicar la contracultura… Es leer  activamente, de una manera amena y crítica… Cómo no recordar sus cientos de cartones, entre muchas otras imágenes, o sus textos y diálogos de crítica y humor negro, donde, invitaba a revelarse, a oponerse, a ser libres en el saber y en el ser del buen humor…

Adiós ateo de conciencia social; ilustrador de libros que no son mercancía, creador de rutas para pensar y saber reír.

jcmqro3@yahoo.com