Salud en confinamiento

LO CLARO. Aplicar todos los conocimientos científicos que se dispone en la academia para mejorar la calidad de vida del ser humano, es materia primordial del estudio conductual.

Los agentes externos e internos que inciden de forma directa en la salud física y mental de cada individuo, generan condiciones de estrés que se traducen en una baja considerable a esa calidad de vida.

Hoy la pandemia es quizá el principal elemento externo que determina cambios en la conducta y deja huellas que deben ser tratadas en la adaptación a este nuevo estilo de vida.

En un ciclo de ponencias denominado “Salud en confinamiento” la Universidad Autónoma de Tamaulipas compartió entre otros temas, los protocolos de seguridad sanitaria de manera individual y familiar que deben ser observados, derivado del encierro que genera Estrés y Ansiedad al llevar a cabo múltiples actividades –incluidos el desarrollo del trabajo- en un mismo espacio.

Gatell-Canelo y Vero Castro

La salud mental, es un gran tema al que deberá observarse mayor estímulo desde todos los ámbitos del desarrollo.

LO MUY OSCURO. Entre el COVID de Gatel; el juicio de procedencia contra gobernadores; la pelea de Canelo y la foto de Verónica Castro, nos olvidamos de las cosas de diario que impactan directamente a nuestras vidas.

La empresa de telemarketing Amazon de Jeff Bezos que vende todo y de todo, creció exponencialmente a raíz del encierro pandémico, dando como resultado ventas netas en 2020 por el rumbo de los US$5,200 millones, duplicando sus ventas netas respecto de 2019, antes de la alerta pandémica.

¿Y eso qué?

No solo hablamos de la conducta adaptable a la nueva estrategia de mercado que nos ha transportado a un mundo virtual para continuar la propia subsistencia.

También hablamos de la adaptabilidad desde cada empresa y cada ente productivo en el país bajo los nuevos lineamientos de llevar a cabo los mismos trabajos, en el esquema denominado “home office” o por su modismo ‘teletrabajo’.

Los semáforos salubristas mentirosos, que un día nos dicen verde y otro gris o rojo, nos señalan junto con la escasez de vacunas que el retorno presencial a nuestras fuentes de empleo será más que prolongado a escasos días de cumplir el año de iniciada la cuarentena de quince días. 21 de marzo 2020.

Recién se legisló al respecto para determinar el grado de corresponsabilidad obrero-patronal en el sentido de que el recibo de la luz del domicilio en una parte proporcional y el uso de las computadoras y mobiliario de oficina que se daría uso desde casa, debía sufragarse en gran medida por el patrón.

Las leyes según su naturaleza, deben ser de observancia general. No para unos sí y otros no.

Lo que, en la práctica, el decreto en cuestión resultó inoperante en su gran mayoría.

Donde quizá las grandes empresas podían hacer frente al compromiso establecido para realizar el teletrabajo, la inmensa mayoría de las empresas en las que se engloba a las pequeñas y mini empresas, definitivamente representa un compromiso imposible de cumplir. Y en ese escalafón se aglutina a la gran masa de trabajadores.

La Cámara de Senadores ratificó el acuerdo que provenía de la de diputados para la modificación a la ley federal del trabajo en relación al teletrabajo, pero olvidaron adicionarle incentivos fiscales que permitiesen a los empleadores afrontar el gasto del equipamiento.

Suponiendo que les resulta más económico no prender luces en sus propias instalaciones, también sugirieron los legisladores que con tal ahorro basta y sobra para el equipamiento y hasta con aguacate y crema.

La realidad dista de este sueño legislativo y se enfrentan de nuevo las fuerzas productivas en una negociación que culminará por arrojar a más empleadores a la informalidad… o al cierre definitivo.

Los más, han acordado con sus empleados tratos conciliatorios que contemplan inclusive bonos adicionales para que aquellos ejerzan gastos no considerados, como el recibo de luz.

La nueva realidad tendrá aun mucha tela que remendar antes que la vacunación nos haga pensar que ya se acabó la pesadilla.

COLOFÓN: Ojalá el señor Barttlet no siga con los apagones… los costos de computadoras descompuestas pueden generar más conflictos y él le va a echar la culpa al pasado.

alejandrodeanda@hotmail.com