Un cura de 73 años cometió un error que le costó el trabajo, la reputación y la carrera, aunque quizá para la mayoría de las personas no habría presentado un problema mayor; él envió por WhatsApp la foto de un pene en primer plano y lo hizo en un grupo con papás y mamás.

La pequeña comunidad fue creada en el servicio de mensajería para mantener la comunicación entre el sacerdote, dos catequistas y las familias de aproximadamente 25 niñas y niños de entre 9 y 10 años, que estaban a punto de hacer su primera comunión, sin embargo, sirvió para evidenciar la clase de cosas que guardaba en su celular.

El acusado, cuyo nombre no ha sido revelado, fue retirado de su cargo en una parroquia de la ciudad de Padua, Italia, luego de que varias de las personas que recibieron el mensaje se quejaran con las autoridades eclesiásticas. Él lo negó todo y argumentó que un pirata informático había hackeado el teléfono.

“¡Quítelo de inmediato!”, “¿Qué hace?”, “¿Se volvió loco?”, “¿Qué es esta basura?”, habrían sido algunos de los comentarios emitidos por padres y madres en el momento en que vieron la foto, relató el diario Corriente de Veneto que destacó que desde ese momento, los familiares de los menores dejaron de creer por completo en el párroco que les había impartido catequesis.

Ante el escándalo, las autoridades de la diócesis no se quedaron calladas; Claudio Cipolla, obispo de Padua retiró al acusado de la parroquia y de cualquier otra función que pudiera realizar en la diócesis e indicó que se inició una investigación para aclarar diversas puntos en el casos, por ejemplo: procedencia de la imagen, identidad del protagonista y veracidad de la versión con la que intentó defenderse el sacerdote.

Por su parte, el vicario episcopal, Marco Cagol lamentó que un religioso conservara esa clase de imágenes en su celular pues “el contenido de la foto es grave e inequívoco”.