Ponerle cal a un árbol, como a veces se hace en la base del tronco, puede parecer una práctica beneficiosa en algunos contextos agrícolas, pero desde un punto de vista científico, tiene consecuencias que pueden dañar al árbol.
Te compartimos los efectos adversos que puedes estar provocándole a tu árbol sin saberlo.
¿Por qué no deberías ponerle cal a un árbol?
De acuerdo a un artículo de la Facultad de Ciencias Agrarias UNR en Argentina, cuando el encalado con agua de cal (Hidróxido de calcio), se lava con las lluvias, éste se disuelve y baja al suelo, causando “clorosis inducida por cal”.
Esta enfermedad, provoca en los árboles y en organismos lo siguiente:
- Amarillamiento del follaje
- Disminución en la capacidad para realizar fotosíntesis
- Obstrucción de los poros del árbol
- Mayor riesgo de infecciones por hongos y bacterias
Los árboles necesitan respirar por el tronco, algo que el blanqueamiento obstruye y disminuye.



Asimismo, la cal es una sustancia alcalina que eleva el pH del suelo. La mayoría de los árboles prosperan en suelos con un pH neutro o ligeramente ácido.
No obstante, al aplicar cal, el suelo puede volverse demasiado alcalino, lo que afecta la disponibilidad de nutrientes como el hierro, el magnesio y el fósforo, que los árboles necesitan para su crecimiento
La aplicación repetida de cal puede acumularse en el suelo y afecta no sólo al árbol, sino también a plantas y organismos cercanos.

¿Qué tipo de cal usar si decides ponerle a un árbol?
Lo ideal sería que usaras cal apagada (hidróxido de calcio, Ca(OH)₂)
Esto es porque la cal apagada es más segura de manejar, ya que no tiene una reacción exotérmica tan fuerte al añadirle agua.
¿Qué hacer para quitar el exceso de cal de mi árbol?
Si deseas quitar el exceso o la totalidad de la cal en tu árbol, esto es lo que debes hacer:
- Lava el tronco con agua a presión
- Aplica una capa de tierra o abono orgánico para diluir el efecto
- Observa el follaje y corteza del árbol en busca de decoloración o marchitamiento
- Consulta a un especialista
