Una mujer de apenas 25 años estuvo a punto de morir por algo que muchas personas hacemos y que muchas veces, no consideramos que podría ser de cuidado: automedicarse.

Para la originaria de Rodhe Island, Estados Unidos, todo comenzó con un dolor dental que intentó mitigar usando un analgésico de libre venta y que se consigue fácilmente en las farmacias. Sin embargo, no sabía que su cuerpo tendría una reacción alérgica a la benzocaína, sustancia anestésica incluida en el medicamento.

Luego de haberse aplicado el anestésico, la joven comenzó a sentirse extraña, pero el síntoma que más la alarmó fue la extraña coloración que de un momento a otro comenzó a tomar su piel que, en algunas partes se volvió azul marino, tal y como podía notarse a simple vista en sus uñas.

Al nosocomio, la paciente llegó con dificultades para respirar, por lo que midieron sus niveles de saturación que resultaron más bajos de lo normal, por lo que tuvo que utilizar oxígeno suplementario. Sin embargo, esto no la ayudó a mejorar y el equipo médico tomó la decisión de extraerle sangre para hacer análisis y determinar las causas del malestar.

Fue entonces que los médicos notaron que la sangre de la joven se había vuelto completamente azul a causa de una condición conocida como metahemoglobinemia, que, desatada por la reacción alérgica al fármaco, hizo que aumentara el nivel de metahemoglobina proteína con gran cantidad de hierro que transporta el oxígeno por el cuerpo.

Con esta condición en la sangre, el oxígeno deja de transportarse y tienen a mostrarse azul. Afortunadamente, los especialistas diagnosticaron el problema rápidamente y lograron arreglar el problema; paradójicamente el medicamento para ello es conocido como azul de metileno.

Por esta razón y muchas más, no es conveniente autorecetarse, aún cuando consideres que lo que estás tomando es inofensivo.