Richard Piquard, un joven residente del distrito de Uxbridge, en Inglaterra, enterró vivo a un perro porque no se llevaba bien con su gato y no le pudo encontrar un nuevo hogar. 

'Chico', el can de raza Shih Tzu, fue encontrado con vida el pasado domingo 9 de septiembre en una tumba poco profunda, pero tuvo que ser sacrificado por las lesiones que sufrió.

El responsable dijo que el animal ya estaba muerto cuando lo sepultó pero las pruebas entregadas a los fiscales revelaron lo contrario y recibió una pena por crueldad animal aunque salió en libertad con una fianza de mil dólares (19 mil 37 pesos).

"Richard colocó una piedra enorme sobre el animal y luego le echó tierra. Su siguiente comparecencia está programada para el 26 de octubre", señalaron las autoridades al portal Worcester Telegram & Gazette.