¿Qué no hace un padre de familia para ganarse la vida de forma honrada? Un hombre que recientemente se había quedado sin empleo decidió invertir el poco dinero que le quedaba en un puesto de comida

Al terminar su primera jornada, su hija compartió en redes sociales una foto del señor en la que se veía destrozado porque no logró vender ni una sola cosa. La historia se viralizó y ahora el señor no se da abasto de tantos clientes que le llegan.

Mi padre "lo ha intentado todo" para ganarse la vida

Todo comenzó el pasado 5 de marzo, en Brasil, cuando la modelo y maquilladora Natalia publicó en su cuenta de Twitter una imagen y un mensaje en el que se leía:

“Este hombre en la foto es mi padre, un hombre simple que ha intentado todo en esta vida”.

Natalia, hija del dueño del puesto de comida.

La joven narró que su papá había trabajado como albañil, intentó ser concejal de la ciudad, trató de ser famoso, fue guardia e incluso coleccionista de autobuses. “Desafortunadamente, en su último trabajo, fue despedido”, lamentó.

Invirtió el dinero que le quedaba en un puesto de comida

Natalia continuó contando que su papá decidió invertir su último sueldo en máquinas para hacer bocadillos que pudiera. Desafortunadamente, el día que colocaron por primera vez su puesto, en una plaza cercana a su casa, no lograron vender nada.

“¡Tenemos TODO!”, lamentó la joven, junto a la foto donde aparece su padre sentado en una banca de concreto, con una mano en el rostro, para ocultar su decepción por el fracaso. Al lado de él aparece una mesa llena con bocadillos.

Foto de hombre devastado moviliza a internautas

Ante ello, Natalia destacó la lucha de su familia por salir adelante, compartió fotos de los refrigerios y pidió ayuda a los internautas con un retuit.

“¡Estamos luchando, sé que Dios es justo!”. ¡Cualquiera que pueda pasar… para comprar un bocadillo o una pizza, sería inmensamente feliz!”.

Pronto, su publicación se volvió viral y al siguiente día el padre de Natália se llevó una gran sorpresa cuando al ver que le llovían los clientes, incluso de lugares fuera de la ciudad, quienes le compraron todos sus bocadillos.

“Vendimos todo y tuvimos que rellenar los bocadillos cada 30 minutos. Muchas gracias… mis amigos”.

Natalia.

Natalia contó que incluso un internauta se ofreció a hacer un arte para publicitar el negocio y así decidieron abrir una cuenta de Instagram, donde además de publicar fotos de los manjares que venden, agradecen a sus clientes y demás personas que se han acercado para ofrecerles su ayuda.