Si ya de por sí, pensar en la muerte propia o soñar que el momento final de la vida está por llegar resulta un tanto aterrador, ahora imagínate que un día vas caminando por el cementerio con la intención de visitar la tumba de un ser querido y, de pronto, ves tu nombre en una lápida.
Así le pasó a Alan Hattel, un hombre de 75 años residente de la ciudad escocesa de Fordar. Un día, cuando obviamente no lo esperaba, encontró una tumba que tenía su nombre junto al de su exesposa con quien tuvo dos hijos y luego se separó, hace 26 años.
Quizá esta era la razón por la que meses atrás Alan dejó de recibir llamadas por parte de sus amigos, pues al ser un poblado temprano, es posible que alguien más encontrara el homenaje fúnerario y esparciera el rumor sobre su muerte.
Aunque no tiene certeza de que así sea, Hattel está convencido de que fue su ex la que orquestó todo esto ya que ella tampoco está muerta y quizá sólo buscaba una forma de vengarse por algún rencor pasado, sin embargo, tanto el afectado como medios locales trataron de obtener declaraciones de la acusada, pero no tuvieron éxito.
En medio de la sorpresa, Alan declaró que nunca tuvo el deseo de ser enterrado junto a la mujer que fue su esposa y con quien alguna vez formó una familia, además, declaró que ni siquiera desea terminar su historia en un ataúd bajo la tierra, sino que prefiere ser incinerado.
Hasta el momento no hay certeza de cómo llegó la lápida al cementerio, pero el afectado afirma estar en pláticas con las autoridades para aclarar la situación y retirarla lo antes posible.
{username} (@stree_talk) January 23, 2020
Con información de RT.