Desde hace 20 años, Pedro J. Ortega ha actualizado a su manera la agenda de su abuela, que no sabe leer pero sí identifica los números.

Con 74 años, la mujer vive en Linares, España, lejos de su familia, así que el joven ha pasado dos décadas agregando números a su agenda con tal de que no pierdan el contacto. 

"Un día mi padre trajo un tarjetero de plástico y fue metiendo las tarjetas y en cada una de ellas le fue escribiendo un número. Yo pensé que si en cada tarjeta le hacía un dibujo alusivo a la persona, sería todo mucho más fácil para ella", explica. 

Para el hermano mayor de Encarna, que se llama Gaspar, usan el dibujo de un camello, por los Reyes Magos. Y para sus vecinos Mari y Paco, que suelen ir al campo y traerle espárragos, un manojo de espárragos.

"Cuando hicimos la primera versión de la agenda, mi hermano tenía como mascota un conejo blanco, así que le pusimos junto a su teléfono, el dibujo de un conejo. Hoy, veinte años después, el conejo ya no vive, pero sigue siendo la manera de representarlo", cuenta Pedro.