México, 5 Dic (Notimex).- El poeta mexicano Manuel Acuña, quien perteneció a la generación de escritores reformistas-liberales y es recordado por su "Nocturno a Rosario", se suicidó el 6 de diciembre de 1873, a los 24 años de edad. Manuel Acuña Narro nació el 27 de agosto de 1849, en Saltillo, Coahuila, donde estudió en el Colegio Josefino. Luego, a los 16 años, se trasladó a la Ciudad de México para estudiar latín, filosofía, matemáticas y francés en el Colegio de San Ildefonso. En 1868 se inscribió en la Escuela de Medicina, pero su inclinación eran las letras, por lo que fundó con Agustín Cuenca la "Sociedad literaria Netzahualcóyotl", que seguía la tendencia nacionalista de Ignacio Manuel Altamirano. Sus biógrafos señalan que Acuña siempre estuvo alejado de las fiestas, desorden y excesos, porque su carácter no era compatible con sus compañeros juerguistas de aquellos años o quizá por que sus escasos recursos no le permitían llevar una vida desenfrenada. El escritor sedesar

Otros poemas de su autoría son "La ramera" y el drama "El pasado", además de que colaboró en diversos periódicos como "El Renacimiento", "El Federalista" y "El Domingo". La crítica le otorgó un sitio destacado como poeta, mientras que en los círculos intelectuales alabaron su genio y calidad como escritor, nadie dudaba de su exitoso futuro.

Sin embargo, nadie sabía lo que pasaba por su mente o por su atribulado corazón aquel 6 de diciembre de 1873, cuando tomó cianuro de potasio para cortar su joven existencia. Rosario fue el gran amor de su vida, mujer que estuvo íntimamente ligada a él en sus últimos años, y según parece, pesó tanto en su ánimo que mucho tuvo que ver con su trágica muerte. Manuel Acuña fue sepultado al día siguiente de su muerte en una ceremonia donde amigos como Justo Sierra, Juan de Dios Peza, Gustavo Baz y Eduardo Zárate derrocharon sentimentalismo. A partir de 1917, los restos del autor reposan en su ciudad natal. El joven poeta privó a los amantes de la poesía de ver su evolución y comprobar que estaba destinado a ser uno de los grandes en las letras mexicanas.