¿Recuerdan cuando uno iba a Walmart, dejaba el coche en el estacionamiento y eso era lo más normal del mundo? Bueno, pues ya no. Hoy, gracias al ingenio del parásito corporativo, hasta el derecho elemental de estacionarse se volvió mercancía. Y como buen abuso en México, está institucionalizado y con recibo en mano.
La trama es sencilla: Copemsa, esa compañía que se autoproclama “operadora de estacionamientos” pero que en realidad es una sanguijuela disfrazada de prestadora de servicios, se asoció con Walmart de México y Centroamérica para convertir cada cajón de estacionamiento en una caja registradora más. No importa si vas a gastar mil pesos en el súper: si no cumples con sus condiciones ridículas, pagas. Y si cumples, igual te hacen sentir como si te hubieran hecho un favor divino.
Y aquí entran los protagonistas: Guilherme Loureiro, CEO de Walmart de México y Centroamérica, y su séquito de ejecutivos que aplauden estas “innovaciones” mientras beben café gourmet en sus oficinas. Loureiro pasará a la historia no como el hombre que revolucionó el retail en México, sino como el tipo que convirtió el estacionamiento en un negocio paralelo, una especie de “impuesto al consumidor cautivo”. Bravo, Guilherme, todo un legado para presumirle a tus nietos.
Lo más grotesco es el doble cinismo: Copemsa te cobra por estacionarte, pero no se hace responsable de tu seguridad. Si te roban, si te rayan el coche, si pasa algo: problema tuyo. ¿Qué clase de “servicio” es ese? Es como pagarle a un guardia para que te diga: “mucha suerte, espero que no te asalten”.
Este es el modelo Walmart-Copemsa:
- Cobrar por lo que antes era gratis.
- No ofrecer nada a cambio.
- Convencerte de que el abuso es normal.
Y mientras tanto, los ejecutivos de Walmart México y los dueños de Copemsa se felicitan mutuamente por sus “estrategias de monetización”. En el fondo son lo mismo: parásitos de corbata fina, vampiros que chupan centavos de millones de clientes, convencidos de que nadie los va a desenmascarar.
Pues aquí está: Walmart y Copemsa son la prueba viviente de que en México la impunidad empresarial no solo se tolera, se celebra. Y mientras Loureiro sonríe en los foros empresariales hablando de “innovación” y “experiencia del cliente”, la realidad es que su verdadera innovación fue cobrarte por estacionarte en el lugar al que fuiste a dejar tu dinero.
Si Copemsa y Walmart creen que esto es “vivir mejor”, habría que preguntarles: ¿para quién? Porque para nosotros, los clientes, esto no es modernidad ni servicio, es una estafa con uniforme de retail.
Este texto es un ejercicio de opinión y sátira política–social que representa exclusivamente el punto de vista personal de su autor y no refleja necesariamente la postura editorial de SDP Noticias. No constituye una acusación legal ni pretende afirmar hechos judicialmente comprobados en contra de Walmart de México y Centroamérica, de Copemsa (Compañía Operadora de Estacionamientos Mexicanos S.A. de C.V) ni de sus ejecutivos o representantes. El propósito es evidenciar, mediante recursos críticos, irónicos y literarios, prácticas empresariales que en la experiencia cotidiana de los consumidores resultan abusivas, humillantes o cínicas.
X: @Renegado_L