Enrique Beltranena, CEO de Volaris, ha anunciado que la compañía aérea tuvo pérdidas por cerca de 30 millones de dólares, y que esto es derivado del aumento que tuvo la turbosina (alrededor del 55%), según el reporte de la Bolsa Mexicana de Valores.

Y es que durante el 2021 la aerolínea reportó ganancias de más de 100 millones de dólares, y las ganancias registradas para el año pasado fueron de 68 millones de dólares.

Sin embargo, la empresa les ha hecho llegar a los trabajadores una carta que les genera inquietud, por lo que me han contactado: “Ximena nos acaban de dar la noticia de que Volaris tuvo pérdidas de 30 millones, solo vamos a recibir una carta de agradecimiento y 0 pesos de utilidades, cuando todos los vuelos venían llenos; el año pasado recibimos 28-30 mil pesos; ya ni saben cómo zafársela”.

El anterior es solo uno de los muchos mensajes que recibí con la misma temática, quejándose de la actitud tan pasiva del sindicato STIA, que le permite a la empresa “salirse con la suya”. Otro mensajes decía:

“Hola Ximena, ¿Cómo estás? Aquí informándote acerca de que hace meses en Volaris hubo junta con el sindicato y nos hizo saber que no habría reparto de utilidades. Ellos decían que por la pandemia y todos los aviones que rentaron y se quedaron parados, por tanto personal nuevo que contrataron (Y AÚN SIGUEN CONTRATANDO). Y por el precio de la turbosina. Me hicieron llegar un audio diciendo que perdieron más de 30 millones y por ende no habrá utilidades este 2023 respecto a la operación del 2022. Por ende deberían de dar por ley a lo que tengo de conocimiento. Pero ellos se escudan diciendo que hubo mucha pérdida y no habrá reparto este año.”

Lo que dice el mensaje es correcto, en este mes de marzo Volaris sigue contratando personal, ya que dicen tener vacantes en estaciones como la Ciudad de México, Guadalajara y Tijuana; los puestos van desde Abogado, Jefe de ventas, hasta mecánicos.

Los números no mienten; de acuerdo con los datos de la Dirección General de Aviación Civil publicados el mes pasado, Volaris ocupa el segundo lugar en crecimiento de transporte de carga respecto al año anterior: 19.8%; y en transporte de pasajeros tuvo un crecimiento de alrededor de 23.5%, nada despreciable.

Suena extraño que sea la única línea aérea del país a la que le haya impactado de tan fea manera el incremento del precio de la turbosina, al grado de perder 30 millones de dólares. Suena extraño que fue a finales de febrero que decidiera avisar a los trabajadores, a través del sindicato charro STIA, que este año no recibirán reparto de utilidades; me deja mucho qué pensar.

¿Es real la afectación o es un recurso para distraernos de sus verdaderos motivos? Y es que, déjenme platicarles, se realizó un foro más sobre el Cabotaje en la Cámara de Diputados; ahí se expuso a los legisladores presentes una maniobra con la que, al parecer, Volaris podría beneficiarse de este.

Durante la exposición de los peligros de abrir el cabotaje en los cielos mexicanos se tocó la postura de Volaris y su CEO, quienes se han “infiltrado en Palacio Nacional” (es un decir) para plantear políticas en las que sólo ellos se vean beneficiados, pero que ponen en riesgo a la aviación nacional.

Ya hemos hablado en esta columna varias veces lo que aporta la industria aeronáutica a la nación, entre el 3.1 y 3.8 del PIB, lo que podría traducirse en un ingreso de poco más de 38 mil millones de dólares al año. Los rumores son que hay ciertos intereses particulares por parte de altos funcionarios del gobierno actual con los dueños de Volaris.

Para la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) está muy claro que detrás de la idea de abrir los cielos se encuentra Enrique Beltranena, a quien está “apertura” le traería beneficios ya que le permitiría operar desde El Salvador como Costa Rica, donde mantienen divisiones de Volaris, de tal forma que podrían evitarse el pago del ISR e IMSS por ejemplo, porque serían pilotos salvadoreños y costarricenses quienes estarían sacando la operación de los vuelos.

Prescindiendo así de los pilotos mexicanos, cuyos sueldos son mayores en relación a lo que ganan los pilotos centroamericanos. En buen español, trabajadores aún más baratos y sin tener que pagar los impuestos en México, buen negocio ¿no creen?

Con este dato, y porque las otras compañías aéreas nacionales no han reportado tener problemas con el costo del combustible, es que pareciera más bien un pretexto para empujar la apertura de los cielos, mediante la propuesta del cabotaje que hoy siguen discutiendo los legisladores en la Reforma a la Ley de Aviación Civil.

Pareciera que Volaris está más bien utilizando de pretexto el costo del combustible para poder “llevar agua a su molino” y ser la única aerolínea que pueda sobrevivir al embate de las extranjeras. Tal vez Aeroméxico también sobreviva por la importante alianza que mantiene con Delta Airlines, pero sería un hecho que las cosas no pintarían para nada bien en el caso de VivaAerobus a cargo de Juan Carlos Zuazua.

Sea cual sea la verdad detrás de la pérdida de 30 millones de dólares, en una bandera roja para la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, pues mucho antes de que si quiera se toque el tema del reparto de utilidades, Volaris ya da por sentado que este año sus trabajadores se van en cero.

La aviación es una industria llena de vericuetos e intereses particulares; por eso mi cantaleta de toda la vida: urge una verdadera política aeronáutica donde la especulación no tenga cabida, y sí la certeza en pro de los trabajadores y de los usuarios, que son los que al final terminan pagando los platos rotos.