El “pleito” entre la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) y la aerolínea Aeroméxico puede describirse bien con la segunda acepción del significado de la palabra “galimatías”: es decir, es confusión o desorden.

En efecto, hay muchísima confusión, y en medio de todo este desaguisado quedan los pasajeros, de los que muchos no alcanzan a comprender qué es lo que está pasando al interior de compañía aérea.

Estamos en plena temporada baja en la aviación por lo que resulta increíble, por no decir francamente inaceptable, que los roles del mes de febrero de los pilotos (mes de solo 28 días), hayan estado al tope. Es decir, el área encargada de planear los vuelos y las asignaciones, pusieron la operación al máximo.

La gente que dirige esta área es a la que el Secretario General de ASPA Humberto Gual, en diferentes entrevistas, se ha referido como personal que proviene de empresas quebradas (como Interjet), o de Avianca, aerolínea colombiana que casi termina en quiebra y que está bastante emproblemada.

Para que haya mayor claridad les explicaré por qué estos problemas de las cancelaciones se desataron a finales del mes. Las asignaciones de vuelos a los tripulantes se elaboran con meses de anticipación, así que la secuencia de vuelos para los pilotos del mes de febrero, mínimo se elaboró en enero.

Tengamos en cuenta que la actividad aérea tan intensa de diciembre, cae de manera estrepitosa en enero; en la aviación se considera un mes muerto. Es un mes en el que por lo regular las empresas tienen mucha gente a su disposición, y eso les permite “jugar más” con las asignaciones.

Pero si pretenden seguir con esa misma tendencia un mes más, y asignan máximos de vuelo a los pilotos, las cosas se complican. Y es que en toda planeación debe tenerse en cuenta el factor humano. En febrero ya no tienes el mismo número de pilotos “disponibles”. Se debe considerar que deben tener sus papeles completos, y no se encuentren renovando visa, pasaporte, exámenes médicos, licencia; o que no estén en su adiestramiento periódico; también tenemos que considerar a aquellos que están de vacaciones, de incapacidad o de permiso (por ejemplo, un permiso por la falta de licencia, caso en que la AFAC trae un grave rezago).

Como evidentemente no es así, la planta disponible se reduce. Por ello el área de planeación además de tomar en cuenta todo lo anterior, no puede perder de vista las incapacidades que se suman cada día, así como las ausencias. Muchas veces los bloqueos en esta ciudad impiden que lleguen a tiempo a su firma; en la aviación decimos “se sumió”, esto es no llegó a tiempo a la firma de su vuelo y tuvo que ser activada la reserva.

Y ya que hablamos de la reserva, diré que es otro punto a observar dentro de la planeación; siempre tener las reservas suficientes para que saquen el vuelo en caso de que “se suma” el capitán o el copiloto.

Al final, nos quedamos realmente con una planta muy justa, que si le asignas jornadas máximas, es evidente que se les va a vencer, y que en caso de una demora, imputable o no a la compañía aérea, te quedas sin tripulación.

Ahora, Aeroméxico mediante un comunicado hace referencia a la denuncia hecha por ASPA sobre una incorrecta planeación en la asignación de vuelos a los tripulantes, y la empresa responde que esta asignación se hace con base en los contratos vigentes que mantienen con el sindicato, y que además están avalados por la autoridad laboral. Resaltando que “se opera bajo los más altos estándares de seguridad y de servicio”, dice su comunicado.

La queja de la aerolínea es que ASPA se encuentra “promoviendo” una política -en buen español- de “no cooperación”. Esto es, la Ley Federal del Trabajo le otorga la facultad al Capitán de extender o no la jornada, no es potestad de la compañía, y solo bajo el siguiente artículo es que se pueden exceder de la máxima asignable:

Artículo 231

Las tripulaciones están obligadas a prolongar su jornada de trabajo en los vuelos de auxilio, búsqueda o salvamento. Las horas excedentes se retribuirán en la forma prevista en el párrafo primero del artículo 67.

En Tik Tok, red social que se caracteriza por sus videos cortos, podrán encontrar quejas de pasajeros por demoras, e incluso, escuchar de viva voz a los pilotos, que también detestan las demoras, y que están volando con la jornada vencida.

Justamente a esto es a lo que se refiere ASPA con no cooperar con la empresa, esto es, no aceptar volar con la jornada vencida, respetando en todo momento sus Contratos Colectivos de Trabajo y el Convenio de Ahorros que mantienen con la aerolínea del Caballero Águila.

No es un dato menor, pero desde diciembre del 2017 se expidió la Norma Oficial Mexicana NOM-117-SCT3-2016, que establece las especificaciones para la Gestión de la Fatiga en la tripulación de vuelo. Un tripulante cansado, representa un grave problema de seguridad aérea, es por eso que los pilotos, después de haber pasado por la crisis del Capítulo 11, le piden a la aerolínea “respeto” y que no están dispuestos a “hacer favores”, por malas asignaciones del área de tripulaciones.

Como lo expresaron a distintos medios, tanto el Secretario General de ASPA como el de Prensa: “hay una equivocada idea de que las tripulaciones tenemos, por fuerza, que aceptar jornadas de vuelo de hasta 14 o 15 horas continuas o modificar descansos para continuar con su programación”.

O sea, asignar máximos, y como podemos constatar, al final de mes el problema les explota en la cara, justo como está pasando, pues ya no hay más tripulantes de donde echar mano y por ende se tienen que cancelar y reprogramar vuelos. Eso sí, Aeroméxico ha estado “cubriendo” a estos pasajeros de vuelos cancelados y colocándolos en otros vuelos; pero no habría necesidad alguna de hacer estos malabares si de entrada se hace una correcta planeación de las horas de vuelo a los tripulantes.

Espero que ustedes, estimados lectores y pasajeros, tengan más claro cuál es el problema y el panorama. ASPA pide que se contrate gente competente en dicha área, porque como se los dije en otra columna, los tripulantes no se asignan sus vuelos.

Una anécdota: hace muchísimos años en Mexicana de Aviación, uno de los asignadores de vuelo, famoso y de apellido Limón, se había ganado el odio de las tripulaciones, porque hacía unas combinaciones de vuelo tan estrambóticas y francamente “locas”, que el personal empezó a llamarlas de manera coloquial “limonadas”.

Cuando dejó su cargo en asignaciones (conocido por nosotros como el “CEO”), y pusieron a personal nuevo, la planta imploraba: “regresa Limón, te perdonamos”, porque precisamente, este nuevo personal comenzó a colapsar las operaciones con malas asignaciones. Una realidad es que en Mexicana casi nunca llegamos a volar las 90 horas en un mes, nuestra empresa se cuidaba de no explotar a su personal; muy diferente el caso en Aeroméxico.

Desde mi ingreso a la filas de Mexicana, en 1998, los sobrecargos de Aeroméxico, de cajón volaban las 90 horas, y yo cuando tenía una secuencia de 88 horas sentía que me estaba muriendo de agotamiento, generalmente tenía secuencias entre las 77 y 80 horas de vuelo, no más. La planta en ese entonces de Aeroméxico rotaba mucho, esto es, a cada rato tenían que contratar porque la gente no aguantaba el ritmo.

En ese entonces apenas se empezaba a explorar en el país el tema de la fatiga en los tripulantes; ahora que existe una Norma Oficial al respecto, debemos de ser muy cuidadosos de seguirla a pie juntillas. Un tripulante descansado es igual a más seguridad en el vuelo; uno cansado puede traer como consecuencia un accidente, y eso es lo que se buscó evitar con la NOM, que los tripulantes no trabajen cansados.

Por eso digo al principio que lo que hoy vemos como pleito entre ASPA y Aeroméxico, más bien es un galimatías, pues estas personas que están en el área de asignación a tripulaciones, le venden a los directivos de la aerolínea que asignarles hasta el tope de horas se traduce en una mayor productividad y eficiencia para la empresa, pero en los hechos, la aviación no funciona así.

Había pensado cerrar esta columna con mis mejores deseos de que los pilotos de ASPA pudieran dirimir sus diferencias con la aerolínea, pues lamentablemente quienes terminan pagando los platos rotos, son los pasajeros que están totalmente ajenos a todo esto. Justo antes de cerrar esta columna, la aerolínea publicó un comunicado en el que anuncia las mesas de trabajo correspondientes. Ojalá y lleguen a un buen entendimiento. Hay ligas que no se deben estirar más.

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