Había prometido en Twitter ya no hablar más de Mariana, la que importa en Nuevo León (su marido empieza a ser un accesorio, algo así como un arete que ella se pone y ser quita, según la ocasión). Romperé la promesa porque ella no para de sorprendernos.

Y es que, bueno, aquí enterándome de que el papa Francisco “invitó” a Mariana Rodríguez, esposa del gobernador Samuel García (en este cuento de hadas cada día la imagen de Samuel se diluye más), por el acto de haberse “cortado el pelo” en solidaridad con un niño con cáncer.

Como el papa Francisco vive a unos metros de Roma, y dado que Mariana se hizo un corte a la italiana… pues quizá de ahí derivó la invitación, porque ¿por qué otro motivo?

Dejando a un lado si fue o no fue puro y sincero el acto de Mariana, me parece que ha habido gente que ha hecho muchísimo más por niños y niñas con cáncer… ¡¡¡y nadie en el Vaticano les ha siquiera llamado, menos aún invitado a estar con el santo padre!!!

Pero más allá de eso, el que hayan aceptado la invitación me dice mucho de esta pareja. Si en verdad hiciste las cosas de corazón no aceptas premios. Y si fue un acto de amor lo que hiciste, ¿no sería buena idea que la pareja política le hubiera cedido el viaje al pequeño y a su familia?

Lo que más quiere una familia que tiene a un enfermo con cáncer es distraerse, encontrar y vivir experiencias que los saquen de su historia y presente de dolor.

Pero la pareja política decide hacer ese viaje, porque van de paseo y de paso a la foto con el papa Francisco. Turismo político disfrazado de piadosa fe católica.

He recibido cientos de insultos e indirectas por haber criticado este show mediático del cortecito de pelo: “Fue un acto hermoso, eres una amargada, viva Mariana, que viva Mariana”. Noté más división que nunca por el tema en torno a ella y había decidido no volver a comentar nada, pero esto en verdad me dejó anonadada.

Ya sé lo que me van a decir, que soy una envidiosa, que a mí nadie me invita a ningún lado, que jajaja y cosas así. Pero solo estoy expresando mi sorpresa. A lo mejor estoy equivocada y es algo muy merecido. Solo estoy francamente sorprendida y no para bien.

Quiero aclarar que soy católica y creyente. Pero perdón, me suena muy extraña esta invitación, por no decir arreglada o forzada, y no, no se confundan, no es envidia, tan solo se trata de que, insisto, he conocido a muchas personas que han hecho bastante más por niños y niñas enfermos, pero quizá lo han hecho tan en la discreción que el Papa no se ha enterado, a diferencia de lo que hizo Mariana: todo un show para que el mundo se enterara de que se cortaría el pelo chiquito para ser “solidaria” con un niño con cáncer.

Por más que le pienso no sé por dónde pueda ser de ayuda para el niño con cáncer el que la pareja política sea recibida por el papa Francisco. Porque mientras ellos van y viajan y pasean, estará el niño enfrentándose todos los días con la enfermedad, buscando su medicamento y luchando por su vida.

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. ¡Ay Dios!

Posdata 1:

Ojalá al menos Samuel y Mariana aprovechan su visita a Roma para cenar con Peña Nieto y Tania, la otra pareja de moda. Obvio, hospedados todos en el exclusivo Hotel de la Ville.

Posdata 2

La otra novedad es que ya Samuel compara a Mariana con Lady Di. ¿No leyó el gobernador de Nuevo León en estas páginas a Bárbara Tijerina, quien nos recordó que para que exista una princesa Diana encantadora tiene que haber un príncipe Carlos todo desteñido? Va adquiriendo su perfil el señor gobernador: el de alguien totalmente opacado por su Cenicienta.