Este martes, Joaquín López Dóriga, en su artículo “La presidenta dando la cara” publicado en Milenio, habla de Sheinbaum y AMLO:

“En la mayor tragedia que le ha tocado a Claudia Sheinbaum como presidenta de la República, el desastre en La Huasteca”, López Dóriga destaca la presencia cotidiana de la presidenta “en las zonas devastadas, a diferencia de su antecesor que jamás se mojó una suela para acompañar, escuchar, consolar a los cientos de miles de damnificados en medio de la destrucción”.

Leo en Google que eso, “elogiar a una persona menospreciando a otra”, en realidad “es un tipo de crítica encubierta que no es saludable y tiene efectos negativos en todos los implicados”.

En este caso, elogiar a Sheinbaum despreciando a AMLO, seguramente genera en la elogiada una “sensación de incomodidad y desconfianza”.

Tal elogio, aunque pudiera ser sincero en el fondo, al basarse en una comparación que ofende a alguien más, es un elogio vacío o manipulador, lo que podría llevar a sospechar que Joaquín es hipócrita...

Las columnas más leídas de hoy

Para la 4T, integrada por millones de personas que creen en el proyecto político de Morena, elogios tan ambiguos son vistos como estrategias para generar ambientes tóxicos que lleven a la destrucción de lo único que ha hecho fuerte al movimiento de izquierda, la unidad.

Si la intención de López Dóriga es la de elogiar lo que ha hecho muy bien la presidenta de México, debería hacerlo sin compararla con alguien como Andrés Manuel a quien Claudia tanto respeta y aprecia.

Claro está, si lo que pretende el columnista de Milenio es sembrar la semilla de la división en la 4T, creo que deberá buscar otra fórmula, porque esa, la de elogiar a Sheinbaum menospreciando a López Obrador, no le funcionará.