Es un error leer la precandidatura de Clara Brugada como un fracaso para la presidenciable Claudia Sheinbaum. Por el contrario, aquel lema de campaña que bien marca una nueva era en la historia del país anunciando que es “Tiempo de mujeres” enfrenta ahora una de las hazañas más ambiciosas: Lograr que sean dos mujeres quienes gobiernen en los cargos de mayor relevancia del país, la Presidencia y la Ciudad de México.
A diferencia de las mujeres que militan en la derecha y que accedieron sin chistar a declinar por Santiago Taboada, inclusive con la posibilidad de ser mucho más competitivas que el presunto integrante del Cártel Inmobiliario, el ejemplo que ha dado Clara Brugada a las mujeres mexicanas es digno de su historia de lucha, pero también, ejemplo de la constante batalla en la que las mujeres no sólo deben mostrar ser las mejores, sino demostrar credenciales, esfuerzos, trayectorias y logros entre un sinfín de cuestionamientos.
Los logros de Brugada acompañan un hábil esfuerzo de Operación Adhesivo con la que integra un Comité Asesor de campaña, único en su naturaleza. Clara Brugada Molina, Coordinadora de la Transformación en la Ciudad de México, reveló la creación del Comité Asesor en colaboración con destacadas figuras como Omar García Harfuch, Hugo López-Gatell y otros contendientes que aspiraban a la posición que ella ahora ocupa. Desde sus plataformas digitales, la exalcaldesa de Iztapalapa detalló que, tras el proceso interno que la proclamó como candidata virtual para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, optó por forjar una alianza con otros colaboradores del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT) con miras a liderar la capital.
En este nuevo conglomerado morenista se congregaron figuras destacadas como Sebastián Ramírez, líder del Movimiento de Regeneración Nacional en la capital; Citlalli Hernández Mora, secretaria general del partido a nivel nacional; y Leonel Godoy, actual responsable de la circunscripción de la Cuarta Transformación.
Como cierre, Clara Brugada expresó su entusiasmo de cara a las elecciones de 2024, enfatizando su convicción de que ganará la gubernatura de la capital. Destacó su compromiso continuo con la defensa de los derechos y las libertades ciudadanas.
“Vamos a establecer un consejo asesor. Imaginen que cada compañero y compañera que participó en este proceso tiene una contribución invaluable para nuestra gran ciudad. Cada uno aportará enriquecimiento a esta metrópoli, así que estamos formando un consejo que nos acompañará en este movimiento, y eso me llena de alegría, porque tendremos a los mejores”, concluyó Brugada.
La insumisión de Clara Brugada es una proeza en que todas las mujeres pueden identificarse en aquellos momentos críticos en que prevalecer sobre las preferencias masculinas se vuelve un reto que implica habilidad, valentía, destreza e insistencia. Esta hazaña no es ningún tipo de “caridad de género” como mal llaman algunos, sino una aspiración en la que inicia una nueva responsabilidad para elevar la competitividad electoral rumbo al éxito, en manos y coordinación de una mujer que a menudo, ha ido superando obstáculos significativos o desafiando circunstancias adversas, desde tejer comunidad en Iztapalapa, ejercer gobierno, construir alianzas y ahora, priorizar la inclusión y la perspectiva de gobierno por encima de lo superficial.
Reconocer las autonomías y trayectorias
Uno de los retos a los que se enfrentan las mujeres en el poder es el cuestionamiento de sus autonomías. Aquella resistencia a reconocer que Clara Brugada cuenta con largo camino de representación y lucha democrática política, a la par de la lucha de Andrés Manuel López Obrador, pero sin mezclar o invisibilizar su propia trayectoria. No es solamente por ser mujer, sino que su candidatura es producto de ser una mujer que ha construido por alcanzar el poder desde un espacio de anhelo por acabar con la desigualdad. Tal como la sociedad hace que los caminos de las mujeres sean obstaculizados, también el ejercicio del poder se cuestiona a ellas,
Ernestina Godoy ha enfrentado campañas de descrédito y acusaciones por hacer su trabajo ante la corrupción de personajes de la clase política que se creían intocables. Recientemente, en medios periodísticos acusan “espionaje” por intervenciones judiciales en solicitudes de información a empresas de telefonía móvil.
Es un error llamarle “espionaje” a lo que bien puede ser, si es que existiere, investigación por conocidos actos ilícitos del Cártel Inmobiliario en la alcaldía Benito Juárez. La investigación y el espionaje realizados por una fiscalía tienen propósitos y métodos diferentes, aunque ambos involucran la recopilación de información para propósitos legales. En nuestro país, hay ejemplos dolorosos de lo que fue espionaje de Pegasus, el centro de operaciones del anterior gobierno capitalino y actos que rebasan en lo ilícito. Aquí hay algunas diferencias clave:
Investigación:
- Propósito legal: La investigación realizada por una fiscalía tiene como objetivo recopilar pruebas legales para respaldar un caso en un juicio. La investigación busca determinar si ha ocurrido un delito y, de ser así, recopilar evidencia admisible para presentar en un tribunal.
- Transparencia: Las investigaciones son llevadas a cabo de manera transparente dentro de los límites de la ley. La fiscalía está sujeta a normas legales y éticas, y la evidencia recopilada debe obtenerse de manera legal y respetando los derechos individuales.
- Orden judicial: En muchos casos, la fiscalía necesita obtener una orden judicial para llevar a cabo ciertas actividades de investigación, como registros, escuchas telefónicas o incautaciones.
- Enfoque en pruebas legítimas: La investigación se centra en recopilar pruebas legítimas que pueden ser presentadas y aceptadas en un tribunal de justicia.
Espionaje:
- Propósito encubierto: A diferencia de la investigación, el espionaje implica actividades encubiertas para recopilar información, a menudo sin el conocimiento del sujeto. El espionaje puede tener objetivos más amplios y no siempre está destinado a respaldar un caso legal específico. Si Taboada no tuviese vínculos y actos con una red de despojo, constructoras y compra venta de inmuebles de forma fraudulenta, beneficiándose del cambio de uso de suelo y de tráfico de influencias, probablemente estaríamos en realidad ante un exceso del uso de facultades.
- Secreto y clandestinidad: El espionaje se caracteriza por su naturaleza secreta y clandestina. Las agencias de inteligencia pueden llevar a cabo actividades de espionaje sin informar públicamente sobre sus acciones. No piden una autorización judicial, menos integran elementos de prueba.
- Métodos más amplios: El espionaje puede involucrar una variedad de métodos, como vigilancia encubierta, interceptación de comunicaciones, infiltración de agentes secretos, entre otros.
- Menos restricciones legales visibles: En algunos casos, las agencias de inteligencia pueden tener más libertad para realizar ciertas actividades sin la necesidad de obtener órdenes judiciales formales, lo que puede generar preocupaciones sobre la privacidad y los derechos civiles.
En resumen, mientras que la investigación de una fiscalía está orientada a reunir pruebas para casos legales específicos de manera transparente y dentro de los límites legales, el espionaje implica la recopilación encubierta de información con objetivos más amplios y puede involucrar métodos más discretos y menos visiblemente sujetos a restricciones legales convencionales. Solamente al machismo y a los infractores les incomoda que se ejerzan las facultades de ley. ¿O usted que piensa?