El triunfo de Fátima Bosch en el concurso de Miss Universo es un éxito que debe ser celebrado con reservas. Si bien el certamen no goza de un prestigio denotado en el mundo en términos de ideales políticos, el hecho mismo de que el nombre de México haya sido colocado en lo alto merece el reconocimiento de todos, y muy en particular, hacia la joven tabasqueña.
Desafortunadamente, el éxito de Bosch no refleja ni mínimamente la realidad que vive el país, y menos aún, la de su tierra natal. Aquella célebre frase de “Tabasco es un edén”, no solamente resulta irrisoria en vistas de la situación que golpea al estado, sino que representa lo opuesto de la realidad de los tabasqueños.
Tabasco está dominado por el crimen organizado. El escándalo de Hernán Bermúdez y los informes sobre cómo fundó, organizó y operó la organización criminal conocida como La Barredora dan cuenta de la extensión de los tentáculos criminales que se han apoderado de una entidad federativa.
Sumado a ello, Adán Augusto López, hoy conocido por sus vínculos con Bermúdez, representa el símbolo mismo de una red criminal que ha alcanzado las más altas esferas de la clase política. A pesar de la evidencia en su contra, ni la fiscalía estatal, ni el gobierno de May, ni la presidenta Sheinbaum ni el fiscal general Gertz Manero se han atrevido siquiera a insinuar que podría abrirse una carpeta de investigación en contra del “hermano” de AMLO.
Según se especula, Adán Augusto estaría protegido por su paisano, por la cúpula morenista, y encima, tendría en su poder información relacionada con las fechorías de conspicuos miembros del partido oficial, lo que haría inverosímil cualquier acción en contra del propio exgobernador de Tabasco.
Sí, como he señalado, la presea de la joven Bosch ha sido una buena noticia para México y los tabasqueños. Sin embargo, la realidad del estado de Tabasco no es el glamour, la belleza y los valores desplegados por la Miss Universo, sino la putrefacción política encarnada en un grupo de personajes impresentables que forman parte de una red criminal que permanece impune. Tabasco sigue sin ser un edén.
