La tarde de ayer, México perdió a un hombre brillante y valioso, de esos que no nacen todos los días y que duele cuando parten porque dejan espacios difíciles de llenar. De ello pueden dar fe en el propio gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien lo perdió hace 5 años y no hubo quien pudiese llenar sus zapatos en la Secretaría de Hacienda. Me refiero al doctor Carlos Manuel Urzúa Macías, quien según autoridades, un accidente doméstico causó su deceso.

Urzúa renunció a su cargo el 9 de julio de 2019. La dimisión a continuar como Secretario de Hacienda la hizo pública con una dura carta publicada en su cuenta de X antes Twitter en la que expresó su desacuerdo con que en el gobierno del presidente López Obrador se hubiesen “tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento”.

Esta es la misiva con la que el destacado economista comunicó su determinación de abandonar el cargo:

Ciudad de México, 9 de julio del 2019

Andrés Manuel López Obrador

Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos

Estimado Presidente López Obrador:

No sin antes manifestarle mi profundo agradecimiento por haberme dado la oportunidad de servir a México durante este primer año de su administración, me permito comunicarle que he decidido renunciar a partir de esta fecha a mi cargo de Secretario de Hacienda y Crédito Público.

Discrepancias en materia económica hubo muchas. Algunas de ellas porque en esta administración se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento.

Estoy convencido de que toda política económica debe realizarse con base en evidencia, cuidando los diversos efectos que esta pueda tener y libre de todo extremismo, sea este de derecha o izquierda. Sin embargo, durante mi gestión las convicciones anteriores no encontraron eco.

Aunado a ello, me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. Esto fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés.

Por los motivos anteriores, me veo orillado a renunciar a mi cargo.

Muchas gracias por el privilegio de haber podido servir a México.

Atentamente,

Carlos Manuel Urzúa Macías.

Carlos Manuel Urzúa Macías

Urzúa abandonó el gobierno obradorista en un contexto que causó mayor incertidumbre no solo en el país sino más allá de nuestras fronteras. Sin olvidar que desde antes de asumir el gobierno, el presidente López Obrador tomó algunas decisiones que ya tenían inquietos a los mercados internacionales.

Un ejemplo fue cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAINM), que era la obra pública más grande de América Latina.

Después de asumir el poder anunció la construcción de una nueva refinería en el puerto de Dos Bocas, Tabasco, una decisión que estaba siendo fuertemente cuestionada por ambientalistas y organismos empresariales, pues se advertía que tendría un costo mayor al estimado que podría afectar las finanzas públicas.

Al mismo tiempo, la calificadora del riesgo internaiconal Moody´s bajó su pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2019.

Su estimación más reciente apuntaba que la economía mexicana crecería 1,2%, una cifra menor a la proyección de la Secretaría de Hacienda que esperaba un aumento de 2,1 puntos.

En ese escenario la renuncia de Carlos Urzúa fue una sacudida, mayormente porque las dimisiones de funcionarios de ese nivel no son usuales y tampoco se ven inmediatamente después de que arranca una administración como era el caso. Peor aún, es que el entonces secretario decidió hacer público el motivo de su separación, algo que es muy difícil que ocurra, pues lo acostumbrado es que renuncien argumentando temas de salud, familiares o privados.

El asunto es que el gobierno de López Obrador quedó evidenciado y obviamente esto no gustó en Palacio Nacional.

En ese contexto, el mandatario también se refirió en su mensaje a las discrepancias expresadas por Urzúa: “No está conforme con las decisiones que estamos tomando y nosotros tenemos el compromiso de cambiar la política económica que se ha venido imponiendo desde hace 36 años”.

“A veces no se entiende que no podemos seguir con las mismas estrategias, no se puede poner vino nuevo en botellas viejas. No más simulación, no más de lo mismo”, fueron las palabras del presidente quien acababa de sufrir un duro revés tanto por la humillación de que le renunciara un secretario del más alto nivel, como las razones que éste esgrimió para hacerlo.

Durante los últimos años Urzúa realizó diversas investigaciones teóricas y se especializó en la economía mexicana: política del gasto público, impuestos y la competencia económica, hasta asuntos como la pobreza en México, el federalismo fiscal e historia económica.

En repetidas ocasiones fue consultor para el Banco Mundial, la Comisión Económica para América Latina, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico. Así como consultor privado para varias empresas mexicanas en materia de comercio internacional. Era profesor titular del Tecnológico de Monterrey.

Fundador de la Escuela de Graduados en Administración Pública del Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México.

Secretario de finanzas del gobierno del Distrito Federal durante el periodo 2000-2003 en la administración de Andrés Manuel López Obrador.

Fue con anterioridad profesor-investigador de El Colegio de México durante el periodo 1989-2000, y además fue profesor visitante en una decena de universidades nacionales y extranjeras, destacando entre estas últimas las universidades de Georgetown y Princeton.

Recientemente se había unido al equipo de Xóchitl Gálvez Ruiz, candidata a la presidencia del república para el periodo 2024-2030.

Era columnista en el diario El Universal, en el cual publicó ayer su última colaboración titulada “El desdén presidencial hacia el agua”.

En una de sus últimas apariciones en televisión, la semana pasada estuvo con el periodista Carlos Loret de Mola en su programa de Latinus, en donde, entre otras cosas, afirmó que en los programas de apoyos sociales del gobierno existen 600 mil beneficiarios fantasmas, lo que estaría generando un grave desvío de recursos.

También dijo que la reforma al sistema de pensiones planteada por el gobierno federal está condenada al fracaso porque el presidente Andrés Manuel López Obrador no definió cuál es la fuente de financiamiento.

A juicio del catedrático, las reformas que el presidente envió al Congreso son una especie de cortina de humo para evitar que se discutan señalamientos por presuntos actos de corrupción.

“Es un distractor, ciertamente, por todo lo que ha sucedido en las últimas semanas, que excepto por López Obrador, no puedo pensar en ningún presidente de América Latina que hubiera tenido estas noticias, que en particular algunas una salieron de Latinus, y no se hubiera bamboleado. Todavía no se bambolea, pero está a punto de bambolearse”.

Descanse en paz, Carlos Urzúa.