El desarrollo de la elección, que es el elemento central de todos los reflectores de la prensa, sigue su curso con mucha intensidad. En el caso de la carrera presidencial, las tendencias siguen en aumento a favor de Sheinbaum. Eso, desde luego, lo vimos en el ejercicio de intercambio de ideas. Claudia Sheinbaum, por mucho, demostró superioridad; tomó las decisiones correctas al proponer, pero también al replicar en el debate. En sí, fue imponente y, de paso, le sacó todo el provecho posible por ser un ejercicio que, a la luz de todo el mundo, es un mecanismo que la población civil sigue muy de cerca. Y lo digo así porque —inmediatamente después de haber terminado el debate— la inclinación despegó significativamente. Mientras Xóchitl cayó en detrimento y en más desencanto de los votantes, Sheinbaum se afianzó más.

Y alguien que no es competitivo, como Xóchitl Gálvez, acelera el triunfo de quien lidera las encuestas de opinión pública. Eso, por un lado, es un componente que ayuda a consolidar una elección presidencial y, por otro, desnuda la animadversión que sienten millones de mexicanos por el proyecto de la derecha. Pero, más allá de eso, Sheinbaum está en la cima porque es, desde luego, la mejor candidata y la única, está comprobado, que asegura la continuidad de un esquema integral y humanista como el que encabeza López Obrador. Además de ellos, hemos dicho, la abanderada de Morena tiene un equipo multidisciplinario de primera que ha sabido capitalizar cada uno de los componentes que son estratégicos en la competencia que estamos viviendo.

Y no solamente influyen aquellos que Claudia Sheinbaum nombró coordinadores de temas específicos en campaña, sino muchos cuadros que, a su vez, serán un motor de impulso para coronar la construcción del segundo piso de la 4T. Por la posición de los mandatarios estatales, y por el liderazgo que han consolidado en cada una de las entidades federativas, los gobernadores y gobernadoras—emanados de Morena— se vuelven determinantes para generar un efecto positivo, eso sí, con una muestra clara y contundente en cada acto público. En Michoacán, por ejemplo, Sheinbaum fue recibida por más de 40 mil asistentes que, con gran entusiasmo, la cobijaron en el emblemático Estado Morelos. De hecho, fuimos testigos de ello.

Es bien sabido que, en medio de ese cálido recibimiento, salió a flote el nombre de Alfredo Ramírez Bedolla, gobernador constitucional y, de acuerdo con las metodologías que miden el termómetro social, uno de los diez mandatarios con mayor aprobación en México. Vimos esa simpatía y apoyo en la manifestación social a favor de la causa de Claudia Sheinbaum. La importancia que tomó una de las presentaciones más concurridas mostró, evidentemente, el protagonismo que juegan los principales referentes de cada uno de ellos. Ese inmejorable momento que vive Bedolla, en pleno clima electoral, se traducirá en poder y capacidad de convocatoria.

Michoacán, de hecho, es uno de los estados más combativos para la izquierda en nuestro país. Alfredo Ramírez Bedolla, en ese sentido, ha sabido conducir el legado y el espíritu de la bandera que ha ondeado el presidente Obrador. En pocas palabras, resulta fundamental la labor que ha hecho. Inclusive, el gobernador, en esta elección que estamos viviendo, se llevó carro completo en las designaciones que, bajo el consenso, se concretaron desde la dirigencia nacional. El CEN, por tanto, avaló cada una de ellas. Hablamos de candidaturas a diputaciones locales y federales, lo mismo que ayuntamientos y planillas. En sencillo: Bedolla colocó a los liderazgos de mayor peso político que, por supuesto, son afines a él. Desde luego, son referentes que tienen la capacidad para ganar elecciones, así lo ha demostrado.

Muchos de los liderazgos que hablamos explícitamente, han hecho oficial el arranque de campañas para los ayuntamientos. En Morelia, capital del estado y principal epicentro, el escenario luce positivo para la causa de Morena. Carlos Torres Piña, uno de los activos más importantes a lo largo y ancho de Michoacán, será el abanderado de la coalición “Seguimos Haciendo Historia” para la ciudad de la Cantera Rosa. Arrancó, de hecho, con todos los pronósticos a favor, después de darse a conocer las primeras encuestas que, sin excepción alguna, lo colocan en la cima de las preferencias.

Además de Morelia, Morena tiene garantizado el triunfo en puntos claves y estratégicos, especialmente en distritos locales. Una de las prioridades de Alfredo Ramírez Bedolla, evidentemente, es obtener la mayoría en el Congreso Local de Michoacán. Es importante, por el tema de la agenda pública, seguir garantizando políticas públicas que, desde luego, constituyan una continuidad al proyecto de la Cuarta Transformación. En pocas palabras, por la magnitud de lo que se juega en esta elección, sale a flote el liderazgo de los gobernadores que, tras bambalinas, son partícipes del proceso electoral.

A propósito de ello, Claudia Sheinbaum ganará Michoacán con amplio trecho de ventaja. Se estima que, al igual que en 2018, el promedio de la votación sea de más del 50%. De acuerdo con las encuestas, Sheinbaum ha ido acumulando un margen muy holgado para llevar a la realidad la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación. Y cómo son momentos decisivos, los gobernadores y gobernadoras son, en definitiva, un motor de impulso en cada uno de sus territorios.