En aquella entidad, como en otras más del territorio nacional, la guerra sucia se siente con mucha intensidad. Sabedores de que Morena está construyendo las condiciones, y que las encuestas juegan a favor de la izquierda, los mecanismos perniciosos salen a flote. De hecho, las campañas propagandísticas en contra de la coalición Seguimos Haciendo Historia están en pleno apogeo. En ese sentido, la narrativa se ha centrado en descalificar, con una oleada de publicidad que llama a aplicar el voto “útil” en la Perla Tapatía. El punto es que, hoy por hoy, el lopezobradorismo es el gran favorito para llevarse la gubernatura y, con ese efecto, la mayor parte de los espacios legislativos que se jugarán.

La última encuesta que publicó MetricsMx —para SDP Noticias— muestra números a favor de Claudia Delgadillo. De confirmarse esa tendencia, que por cierto ha ido despegando en el curso de la campaña, estaremos hablando de que en Jalisco, con todo el mérito, habrá una alternancia política, concretamente a la causa de la izquierda. Con ello, se cerrará un capítulo y, de paso, se abre la puerta para que el proyecto de la Cuarta Transformación sea una realidad. Dadas las circunstancias, viviremos el mismo fenómeno social que ocurre a lo largo y ancho de la geografía nacional.

El triunfo se legitimará en Jalisco. En efecto, Morena arrancó la campaña bajo la consigna de trabajar a ras de tierra. Lo que hemos atestiguado, de hecho, es una muestra de que las cosas se han realizado muy bien en cada uno de los municipios y distritos. En momentos decisivos —donde los liderazgos se ponen a prueba— Mery Pozos, coordinadora de los trabajos territoriales, ha estado a la altura de las circunstancias. En dos visitas que realizó Claudia Sheinbaum, se dedicó de tiempo completo en la logística y planeación, algo que, por supuesto, fue clave para las grandes concentraciones que se dieron cita. De hecho, la candidata a diputado federal se ha apoderado de los reflectores de la opinión pública en Jalisco. Recordemos que, en este momento, Pozos es quien encabeza el activismo a favor de Sheinbaum y, desde luego, la relación con todos los sectores, empresarios, académicos y población en general que desean sumarse.

A su vez, Mery Pozos es candidata a diputada federal por el distrito 11. Esto explica, de una forma más clara, la dedicación y el esfuerzo que día con día imprime en cada reunión, acto público y recorrido territorial, marcando una clara diferencia con el proyecto opositor. El de Morena, queda claro, sigue causando mucha empatía con la sociedad. A fin de cuentas, eso se ha visto reflejado en todas las encuestas de opinión pública. De hecho, muchos creyeron que sería imposible conquistar un punto que, en su momento, fue dominado por Movimiento Ciudadano. Ya no. Los ciudadanos han volteado a ver otra alternativa de gobierno. Por esa sencilla razón, la gente ha ido abandonando las filas de otras fuerzas políticas y, de paso, se han sumado a la coalición Seguimos Haciendo Historia.

En los últimos días, de hecho, han circulado imágenes a través de plataformas de información. Hay grupos de choque que, en el anonimato, se han dedicado a quitar propaganda oficial de Morena. La buena noticia para el lopezobradorismo es que, en definitiva, el mejor órgano de comunicación es el mismo pueblo de México y, por supuesto, las benditas redes sociales que juegan un papel fundamental. Por esa sencilla razón, no me sorprendería —en lo absoluto— el triunfo inminente de la izquierda en aquella entidad. La señal más clara para ir descifrando lo que acontecerá, son las propias encuestas que circulan en los medios de información. En realidad, Morena no solo pretende obtener la gubernatura, sino también la fórmula del Senado y una gran proporción de espacios legislativos, entre ellos, evidentemente, el distrito 11 que encabeza Mery Pozos, una figura crucial tanto para Sheinbaum como para Claudia Delgadillo.

El desencanto en Jalisco no solamente es para el Frente Amplio por México, sino también para Movimiento Ciudadano y dado el paso contundente que ha mostrado Morena, que no les tome por sorpresa el resultado del próximo dos de junio. De hecho, el lopezobradorismo, como se vive en el país, está destinado a conquistar todos los espacios importantes que se jugarán. Será mayoría en ambas cámaras legislativas; ganará la presidencia de la república y, con ese efecto, ocho o hasta las nueve entidades federativas. Estamos en presencia de un hecho similar al fenómeno social que vivimos en 2018. Y sí: aunque el presidente López Obrador no aparezca en la boleta, su nombre va implícito en el ejercicio democrático.

Así como Morena pasó por encima de la alianza variopinta que constituyó Anaya en 2018, superará al Frente Amplio por México bajo la batuta de Claudia Sheinbaum. Y, por si eso fuese poco, será una elección también histórica, pues Sheinbaum, con la banda presidencial, marcará un precedente importante en la vida pública del país. Será, de hecho, la primera mujer presidenta que despachará en Palacio Nacional. Morena ha llegado a todos los rincones de la geografía y en cada punto hay presencia y activismo social. Hoy por hoy, hay una fuerte identidad con el proyecto de nación que encabeza el presidente López Obrador.

Cada vez, está comprobado, se nota la consolidación de Morena como partido y movimiento político. Pese a la oleada que hay de guerra sucia, el lopezobradorismo ha superado brechas. En Jalisco, por ejemplo, pasa absolutamente lo mismo. Claudia Delgadillo ganará la gubernatura y, con ese efecto, se llevará las posiciones y ayuntamientos más importantes. Tanto las condiciones como la sociedad, están preparadas para la alternancia que, desde cualquier ángulo, se asoma con fuerza y contundencia.

A propósito, Claudia Delgadillo, por segunda vez consecutiva, ha ganado el debate a la gubernatura.