Don Samuel García ya se vio. Se imagina a sí mismo con la banda presidencial. Tan mareado él, pobre. Si Andrés Manuel quería que enloquecieran las corcholatas de oposición que destapó, lo está logrando.

Porque se ve de plano muy pirado el gobernador de Nuevo León con su sueño presidencial. No pasaría de una chiflazón de él si no fuera por lo que significa. Y es que, cuando se tiene una responsabilidad tan grande, los sueños absurdos tienen consecuencias lamentables.

La gente del estado más bello de México estará muy preocupada, inclusive alarmada y con ganas de irse a vivir a otra parte. Sería el desastre total para Nuevo León que Samuel insistiera en tal fantasía; ¿no aprendió nada de de la terrible experiencia de la campaña presidencial del anterior gobernador, Jaime El Bronco Rodríguez?

¿No se da cuenta el esposo de Mariana Rodríguez de lo que significa que él ya ande con la misma succionada que hizo perder el juicio a su antecesor?

Al gobernador de Nuevo Léon lo han acelerado tantos destapes que ha AMLO ha hecho de Chumel Torres. Samuel debe pensar que él merece más la candidatura de oposición, ya que sin duda ha demostrado ser mucho más chumelista que el propio Chumel.

El hecho es que el gobernador de Nuevo León acaricia el sueño de ser presidente de México. Eso sí, para no entrar en conflictos al interior de MC antes de tiempo, dijo en el programa Cambios de la empresa Multimedios —editora del diario Milenio— que quizá Luis Donaldo Colosio Riojas debería ser el primer presidente norteño y un sexenio más tarde el propio esposo de doña Mariana.

El lema de la precampaña de Samuel García parece ser “México necesita un presidente norteño”. Me parece un buen lema, pero ¿qué significa la palabra norteño? Respuesta: ser del norte.

Ahora bien, ¿qué significa norte? Vayamos al origen del vocablo. El español tomó la palabra norte del francés nord, pero su significado más antiguo está en el protoindoeuropeo ner que se traduce como izquierda: “la relación entre nord e izquierda, es que a la mañana, cuando estamos frente al sol, el norte se encuentra a la izquierda. Es lo que supe leyendo internet: “Los antiguos se orientaban mirando en dirección a la salida del sol, de forma que el norte quedaba a su izquierda”.

México en 2018 miró a la izquierda y eligió a AMLO como su presidente. Nuestra sociedad —lo dicen todas las encuestas— sigue convencida de la necesidad de no dejar de mirar al norte, esto es, a la izquierda, para no perderse. Así que probablemente en 2024 se elegirá otra vez a alguien izquierdista.

Que no se apure más Samuel García, el norte está a la izquierda, ahí donde gobierna AMLO y a donde en dos años llegará la líder en las encuestas, Claudia Sheinbaum; o el segundo lugar —perdiendo el paso en los últimos días—, Marcelo Ebrard, y hasta podría ser el favorecido por la gente, si milagrosamente se emparejara, el muy rezagado Adán Augusto López.