La Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México “Benito Juárez” ha entrado en un proceso de rehabilitación, y según el Boletín 207/2023 del gobierno de la Ciudad de México, las obras llevan 60% de avance. Claudia Sheinbaum fue a supervisar los trabajos y en un TikTok -que pueden encontrar fácilmente en mis redes sociales- nos muestra las entrañas de dicha terminal.

En varias ocasiones les he contado que me tocó estrenar esa terminal aérea, en mi carácter de Secretaria de Actas del Sindicato de Sobrecargos, y percatarme desde un inicio de todas las pifias en su construcción; el olor a caño era una constante, y ahora sabemos el origen de ello, gracias a estos procesos de rehabilitación.

La Terminal 2, a diferencia de la Terminal 1 (con todo y sus ampliaciones), ha sufrido de diversos hundimientos, por lo que el subsuelo terminó convirtiéndose en una fosa séptica, esto es, como se iba hundiendo de manera irregular, las tuberías de aguas negras se rompían, generando mal olor, y yo puedo constatar que fue una molestia desde su inauguración.

La inversión que ha realizado el gobierno de la CDMX para estas obras asciende a los 475 millones de pesos, mismos que servirán para la rehabilitación del edificio terminal, así como el estacionamiento y el hotel que se encuentra ahí ubicado.

Cabe aclarar que casi el 79% de ese presupuesto (375 millones de pesos) fue el que reasignó el gobierno federal al gobierno de la Ciudad de México a través de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes para la rehabilitación estructural de la Terminal 2 (Diario Oficial de la Federación, 10 de abril de 2023), junto con la encomienda al gobierno de la CDMX de supervisar las obras. En el Boletín 207/2023, la Jefa de Gobierno anunció que espera que los trabajos concluyan para el próximo mes de junio.

No debemos olvidar que la construcción de esta terminal aeroportuaria se debió a que el entonces presidente de la nación, Vicente Fox Quesada, en su momento no pudo llegar a un arreglo con los ejidatarios de San Salvador Atenco, en el Estado de México (donde Peña Nieto despachaba como gobernador), tras cometer brutales violaciones a los derechos humanos, principalmente ensañándose con las mujeres, en aras de cumplir con su meta (léase “capricho”) de construir sí o sí un nuevo aeropuerto en el lecho del lago de Texcoco.

La Terminal 2 se construyó entre los años 2004 y 2007; sí, fue Felipe Calderón quien terminó inaugurando la nueva terminal aérea. Uno de los más grandes errores que se cometieron fue no realizar un estudio de mecánica de suelos; de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF) cuando se revisó la cimentación del edificio se dieron cuenta de la existencia de varias irregularidades.

Aun así avanzaron en la construcción de esta terminal, y justamente en el video de la Jefa de Gobierno, podemos observar las oquedades del suelo, y son verdaderamente impresionantes.

Y para no perder la costumbre de los gobiernos panistas, el proyecto tuvo un costo original de 6 mil 758 millones de pesos, y terminó costando 8 mil 595 millones; entregaron un edificio mal hecho, con problemas desde su inauguración, olor a caño, filtraciones de agua, techos que se caían de la nada y zonas en las que no se podía acceder, por lo mal construido del edificio.

Por ejemplo, dentro de la Terminal 2 se encuentra la zona de firmas de los trabajadores de Aeroméxico y Aeroméxico Connect; ocupan dos sótanos debajo de la última sala de espera. Una constante es que el elevador que baja dos pisos a cada rato se descompone, lo que trae aparejado que los tripulantes tengan que subir y bajar hasta dos pisos con sus maletas, y es que como el suelo es irregular, el elevador se “descuadra” un día sí, y el otro también, deja de funcionar.

Ahora, es de esperarse que con la rehabilitación que están llevando a cabo en toda la terminal, termine este desperfecto que padecen los tripulantes de la aerolínea del Caballero Águila con los elevadores. Evidentemente no es el único elevador que se descompone; como muchos de los viajeros deben saber, migración y aduana se encuentra en los sótanos de la terminal, y es complicado pues los pasajeros de la tercera edad, o gente en silla de ruedas, requieren que los elevadores estén en óptimas condiciones.

Finalmente, todos estos trabajos que se están llevando a cabo, desmienten lo que muchas veces leemos en las redes sociales, “que están dejando de darle mantenimiento al ACIM para obligar a pasajeros y aerolíneas a mudarse al AIFA”.

El más grande encono que hay por la cancelación del NAIM es que ya no pudieron especular con los terrenos. En fechas recientes hemos podido comprobar que la especulación inmobiliaria es una de las vocaciones de los panistas.

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No podemos ver la historia seccionada o por partes, ya que al final forman parte de un todo. Aunque parece que no tiene nada que ver la aprehensión de Christian Von Roehrich con el aeropuerto capitalino, eso no es cierto. El entonces delegado de la Benito Juárez formaba parte de esa cofradía que conocemos popularmente como “El cártel inmobiliario panista”, y tengo que decirlo: una de las más grandes razones de que la de la voz saliera huyendo de la Narvarte fue el boom inmobiliario que comenzó con la llegada de los delegados azules.

Si ustedes recuerdan la alianza Va por México” en el 2018, también han de recordar quién fue la candidata a Jefa de Gobierno; nada más que Alejandra Barrales, candidata por la coalición del Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución democrática (PRD), y que su contrincante fue Claudia Sheinbaum, abanderada por Morena.

Mucho se ha dicho de los desvíos de dinero en el gobierno de Miguel Ángel Mancera hacia la campaña de Barrales. Desde la Secretaría de Seguridad Pública (La Jornada, 2 de junio de 2022) y desde la Subsecretaría de Administración (El País, 30 de septiembre de 2021), incluso del dinero para la reconstrucción de los edificios dañados por el terremoto del 19 de septiembre del 2017, desviado para la campaña de Alejandra.

No podemos olvidar que en campaña, enarboló como bandera “del progreso” la promesa de convertir los terrenos del AICM en una especie de “Silicon Valley”, como quedó registrado en una entrevista que le hizo el medio Forbes. En donde además, proyectaba la construcción de la “Ciudad Universitaria 2″ dentro de las casi 800 hectáreas que tiene el actual AICM. Además de la construcción de hospitales, centros comerciales y vivienda.

Por supuesto que el cártel inmobiliario se frotaba las manos esperando a que ganase su candidata; no lo logró, pero lo que sí pudo hacer la alianza “Va por México” fue colocar piezas como alcaldes, en lo que antes conocíamos como delegaciones.

Tal es el caso de la Alcaldía Tlalpan, hoy gobernada por la coahuilense Alfa Eliana González Magallanes, que gano las elecciones con la alianza “Va por México”. La funcionaria está siendo señalada por trabajadores de varios programas sociales, pues los tienen en calidad de “beneficiarios” para no generar ninguna relación laboral, aunque técnica y jurídicamente sí exista, pues deben cumplir con órdenes, horarios, y presentarse presencialmente en el lugar de trabajo.

Estos trabajadores denuncian que llevan ya dos meses sin cobrar su salario, y que van para el tercero. Esto me recuerda mucho lo que pasó al final con Interjet: los administradores dicen “ponte la camiseta”, y ahí tienen a los trabajadores dando todo su esfuerzo y sin paga alguna. Esto está sucediendo en la Alcaldía de Tlalpan, a cargo de Alfa, también vinculada al cártel inmobiliario; no hay día que no se denuncien construcciones irregulares en esta demarcación.

La Ciudad de México, como la Terminal 2 del AICM, se está hundiendo de manera irregular, entre las malas construcciones, las indebidas y la extracción de agua de los mantos freáticos para satisfacer, no a los ciudadanos, sino para que el cártel inmobiliario panista se hinche los bolsillos de dinero con la especulación de la vivienda.

Aún no inicia el proceso electoral que nos convocará a las urnas en 2024. Sin embargo, las dirigencias de los tres partidos que conforman la alianza opositora a Morena, se han reunido por lo menos en cinco ocasiones (Expansión, 9 de abril de 2023) para definir la ruta y candidatos hacia las elecciones de 2024.

Los acuerdos no se han hecho públicos todavía, pero nosotros, como habitantes de la Ciudad de México debemos exigir una especie de “trabajos de rehabilitación” similares a los de la Terminal 2 del AICM.

Nos urge que quién encabece el próximo gobierno local, y sus alcaldes (sean aliancistas, morenos o independientes) dejen de violentar a los trabajadores, al dejarlos sin pago casi tres meses.

Sé de buenas fuentes que la promesa de plazas laborales son la mejor promesa de campaña, y por ende, la manera más eficiente de garantizar lealtades político-electorales, pero los ciudadanos estamos hartos de construcciones irregulares; no se requieren más oficinas, más centros comerciales, ni departamentos carísimos e inaccesibles para la población, que lo único que están logrando es generar una bomba de tiempo que explotará más pronto de lo que nos imaginamos en problemas de carencia de agua, transporte y seguridad pública.